sábado, 28 de abril de 2012

VIETNAM


¡BUENOS DÍAS, VIETNAM!

  Llegamos a Hanoi bien entrada la tarde por ello solo tuvimos tiempo de visitar un hermoso taller de pintura y cerámica laqueada, manifestación típica de la artesanía vietnamita  ¡Quedamos tan prendados de todo lo que vimos! nos cautivó la gentileza de la chica que, con dulzura y paciencia, nos mostró los pasos del laborioso arte del laqueado; nos encantaron las maravillosas piezas, cada una más hermosa que la otra.  Hubiéramos querido comprar la tienda entera.  No pudimos claro, aunque  todos salimos de allí con un paquetito.  Esa noche solo quedaría tiempo para una cena rápida ya que mañana tenemos pautado salir muy temprano hacia Ha Long Bay.
 Camino al embarcadero, a unas 4 horas de Hanoi, podemos observar una ciudad de contrastes; por un lado la pobreza es palpable, la arquitectura está detenida en el tiempo, las edificaciones están deterioradas.  Por otro lado, vemos el surgimiento de grandes edificios modernos pertenecientes a industrias que recién se están instalando, la pujanza de la inversión extranjera   comienza a notarse.
También aquí, al igual que en Bali, el vehículo por excelencia es la moto. Según nos dijo nuestra guía que, a propósito se llama Thu, de  8 millones de habitantes 5 se trasladan en moto; pero no es sólo que se trasladen, es que además las utilizan hasta como vehículo de carga, de manera que es fácil observar una moto con lo que parece un container de vegetales o una pila inmensa de llantas de camión o 4 personas adultas o, inclusive,  cochinos vivos.
Las mujeres cargan sobre sus hombros, equilibradas en una larga vara de bambú, un par de cestas llenas con la mayor cantidad y variedad de productos y en todas las aceras se ve a hombres, mujeres y niños en cuclillas, la que parece ser la postura nacional.
 Los vietnamitas son un pueblo sufrido y se nota, pero no son un pueblo rencoroso,  miran con esperanza hacia el futuro, no están anclados en el pasado; se percibe que han superado el trauma.  Cuando uno pregunta algo con relación a la guerra, evaden el tema o  responden señalando que eran muy jóvenes, que casi no recuerdan.
Observamos que las casas vietnamitas son altas y estrechas,  apenas unos 2 mts. de fachada; esto se debe, según nos informan, a que el impuesto por derecho de frente es muy alto, por ello construyen hacia arriba.  En los campos se ven hombres y mujeres trabajando los cultivos de arroz en forma artesanal, toda la faena se hace manualmente,  no llegamos a ver ni un solo tractor, cosechadora, segadora o máquina de ningún tipo.  Los campos de arroz son inmensos,  abiertos, sin cerca; las mujeres trabajan el campo mientras sus hijos juegan cerca y un poco más allá están las tumbas de sus antepasados, todo junto, sin linderos ni separación de espacios.
Nos llama la atención que muchos cartelones ofrecen Thit y otros Pho.  Thit es carne de un perro especial que crían para comer y Pho (no se escribe exactamente así sino que lleva una cantidad de firuletes sobre la o) es una sopa típica vietnamita que luego tuvimos la oportunidad de probar, deliciosa.  El perro no, ¡eso si que no!, somos de mente abierta, pero no tanto.
Finalmente, llegamos al embarcadero de Bay Chai, allí nos está esperando nuestro guía para Ha Long Bay (su nombre es Mr. The, se pronuncia ti);  Mr. The nos conduce hacia nuestro velero privado, en el recorreremos la bahía y pernoctaremos.  Una vez instalados en los camarotes, salimos a disfrutar del maravilloso panorama y de un exquisito almuerzo preparado para nosotros.
La Bahía de Ha Long es una extensión de agua de 1.553 Kms.2 donde se encuentran 1.969 islotes (para mí la mayoría de ellos son morros).  En 1994 fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y en 2011 fue seleccionada como una de las 7 maravillas naturales del mundo moderno….y se lo merece.
En los islotes hay cuevas formadas por la erosión que, en alguna oportunidad sirvieron de vivienda, visitamos una de ellas y son inmensas y espaciosas con sus estalacitas y estalagmitas decorando el techo.  Descendimos también en una de las playitas para tomar el sol, un baño de mar y  hacer kayak en la bahía; fuimos también a un pueblo flotante de pescadores.  Estas villas flotantes se dedican a la pesca de camarones, calamares y a el cultivo de perlas.  Trabajan también el nácar.
                                                                                     
La noche en Ha Long Bay es mágica; anclados en las aguas tranquilas, bajo el negro cielo estrellado, escuchando la música del silencio, se siente físicamente la serenidad  apoderándose de tus sentidos y, de pronto,  el estado alfa de tranquilidad absoluta está allí, es cierta y palpable la paz.    
De ahora en adelante, nunca más relacionaré Vietnam con guerra y sufrimiento; para mí Vietnam será Ha Long Bay y Ha Long Bay será LA PAZ.
 HANOI o EL BOCHORNO VIAJA EN CYCLO.  Como ya he mencionado, Hanoi no es una ciudad bonita ni moderna; es, en cambio,  un retrato del pueblo vietnamita, humilde,  pacífico, trabajador; se les ve en las calles conversando, observando, esperando, laborando, comiendo todo en cuclillas, esta parece ser la pose nacional, inclusive, cuando tienen un banco o un poyo donde sentarse, se acuclillan sobre él.     
El Budismo es la religión oficial, sin embargo, Thu, nuestra guía en Hanoi, nos comentó que es un Budismo cómodo, van a los templos 2 o 3 veces al año para eventos importantes pero, cuando les preguntan  cuál es su religión, la gran mayoría contesta que no tiene.    Desde afuera pudimos ver la Pagoda de Tran Quoc, a orillas de lago Ho Tay. Esta es la pagoda  más antigua de Vietnam,  es de color rojo y está rodeada de templos, sin embargo, no nos fue permitido entrar ya que está en remodelación.

Una de las visitas más importantes en Hanoi es el Templo de la Literatura; esta  edificación de estilo chino, cuenta con 5 áreas y 5 patios.  Cuentan que en este sitio  Confucio enseñaba sus teorías a los hijos de los emperadores y se formaban también los mandarines.  En 1070, el emperador Thanh Tong ordenó construir el templo para rendir homenaje al sabio y, 6 años después, comenzó a funcionar como sede de la 1ª. Universidad de Vietnam; aunque ya no funciona como  Universidad, todavía vienen los graduandos aquí a recibir sus títulos.  En el área Central se encuentra el Templo propiamente dicho, allí se encuentra la estatua de Confucio, rodeado de las estatuas de sus alumnos; la gente les venera, llevan ofrendas e inciensos como a santos o dioses. En los jardines se encuentran un numeroso grupo de pedestales de concreto, construidos sobre tortugas de piedra; en estos pedestales están esculpidos los nombres de los PHD más destacados que han pasado por este Templo del saber.  Son más de 80 pedestales y el más antiguo data de 1442.  Algunos de ellos fueron borrados y se rumora que fue debido a una política de segregación,  propia de regímenes autoritarios.
                                                                                Un paseo simpático y refrescante es la caminería a las orillas del Rio rojo que atraviesa Hanoi.  Aquí encontraremos multitud de bares, restaurantes típicos, vale la pena recorrerla y vivir la algarabía de la ciudad al atardecer.
Obligadas son las visitas a la casa de Ho Chi Minh y a su mausoleo. La adoración a este caudillo vietnamita sigue  viva y profunda en el alma del pueblo, para ellos es un héroe, su líder moral y espiritual, su libertador.  El cadáver embalsamado luce como un muñeco de cera; debo decir, con todo respeto, que me pareció  un poco espeluznante esta especie de velorio eterno que data ya de más de cuarenta años.
La manifestación cultural más importante es el teatro de marionetas sobre agua o Roi Noc.  Es una actividad imperdible en Hanoi, consiste en un espectáculo lleno de humor, color y alegría.  Me encantó.
Otra actividad ofrecida en todos los tour es un paseo por el viejo Hanoi en cyclo, que son las bicicletas típicas de Vietnam,  con un asiento adelante para llevar al pasajero.  Honestamente,  me sentí  abochornada de viajar arrellanada en aquel asiento mientras un pobre vietnamita, pequeño y flaquito, pedaleaba para trasladarme, en tanto que todos los carros y motos del mundo silbaban y rugían a mi alrededor.  Sin embargo, cuando nos adentramos en el viejo Hanoi, donde los llamados 36 gremios están agrupados por calles y comienzas a recorrer la calle del bronce y la de la seda, la de los vegetales que huele a cilantro y hierbabuena; la de los soldadores y la  del papel, plena de multicolores farolitos chinos colgando en todas las puertas, la magia del viejo Hanoi te envuelve y por un instante, solo por un instante, olvidas la vergüenza, hasta el próximo cornetazo.




1 comentario:

Unknown dijo...

Gracias Eliza, sabes que me encanta como escribes. No dudes que lo disfrutaré y viviré a través de tus letras algo de tus experiencias.

Este año Delia Amanda y yo nos vamos a Islandia y Groenlandia. Hemos decidido visitarlas antes que el calentamiento global Las afecte más.

Un abrazo extensivo a Orlando.

Cariños, Gaby