domingo, 26 de octubre de 2008

MEMORIA Y CUENTOS DE VIENA


Salimos de Caracas hacia España; llegamos al amanecer al aeropuerto de Barajas, en tránsito con destino a Viena. Tres horas después estábamos alojándonos en el hotel Beim Teresianum en la Favoritem Strasse, o sea pues, en el Hotel Teresiano de la Avenida Favorita. Teresianum no se refiere a Santa Teresita de Jesús, como cualquier vinculado a los españoles pudiera pensar, sino que se refiere a la Emperatriz Maria Teresa que junto con su hijo Francisco José y la Emperatriz Elizabeth, más conocida como Sissi, son personajes muy importantes en Austria. Esa misma tarde asistimos a un concierto en la casa de los Strauss, con el repertorio más conocido y popular de estos maravillosos músicos (tanto padre como hijo), el concierto incluyó en algunas piezas, ballet, canto y una copa de champaña en el entreacto. De allí salimos, ¡Como no! a comer salchicha, schnitzel (carne de cordero empanizada, típica de Austria) y cerveza.

Una de las primeras cosas que nos llamó la atención es lo fácil que es perderse en Viena, inclusive para aquellos que tienen lógica de orientación; para los que no la tenemos, no importa, igual nos perdemos en cualquier lado. Nos habíamos fijado que sitios que caminando lucían cerca, en carro se hacía lejísimos (claro que creímos que nos estaban jodiendo) pero, qué remedio, ni siquiera teníamos el lenguaje suficiente para protestar y ¡Gracias a Dios! que no lo hicimos porque resulta que la parte antigua de Viena está diseñada en círculos concéntricos (9, ¿verdad que llama la atención?) y luego la parte nueva cae, como rayos en forma perpendicular sobre el círculo más grande que encierra toda la Viena antigua y que se llama Ringstrasse, es decir siempre vuelves a caer en ese anillo.

Lo primero que fuimos a conocer fue el palacio de invierno de los Salzburgo en el centro de Viena, cerca de allí la Iglesia de San Esteban, abuelo de Ma. Teresa, (un emperador beatificado por su trabajo en la cristianización de los pueblos bárbaros y cuya mano incorrupta vemos en su iglesia). Cercano a este palacio está el museo de Bellas Artes, (excelente colección) presididos todos los edificios por la Emperatriz María Teresa, siglo XVIII, aparentemente esta Emperatriz mandó con puño de hierro y, a pesar de todas las dudas para que una mujer gobernara (hubo que cambiar la ley cuando murió su Padre), hizo un gobierno excelente y, entre mando y mando, paría; tuvo 16 hijos. Vimos su despacho donde, en lugar de escritorio hay una cama de 2 metros (con lo que resulta que ella fue la inventora de la cama King) ya que despachaba desde allí, porque siempre estaba preñada y llegó a pesar unos 130kgs.

Viena está atravesada por el famoso Danubio azul que, en realidad es marrón o verdoso, o qué sé yo, pero definitivamente no es azul. Fuimos a visitar, también en el centro, la llamada Casa Loca, Casa Hundertwasser del arquitecto modernista del mismo nombre. Este tipo sostenía que la naturaleza no tiene líneas rectas y que ese es un invento terrible del hombre. Así que sus construcciones son verdaderamente locas, de formas curvas y muchos colores. Dentro de la Hudertwasserhaus (duele la garganta de solo escribirlo, hay mini tiendas de recuerdos y souvenirs.

Más tarde fuimos al Palacio de Belvedere (significa Bella Vista) que era la residencia de Eugenio de Saboya, hoy uno de los museos modernistas más importantes (aquí se encuentra “El Beso” de Klimt, también lo llaman “los amantes”).

Al final de la tarde, visitamos también el Palacio de Schonbrunn que se divide en dos partes: una donde está todo lo relativo a María Teresa y otro más moderno donde está todo lo relativo al Emperador Francisco José y su esposa la Emperatriz Elizabeth (Sissi), la de tantas películas. Cuando comienzas a interesarte en la vida de Sissi, te das cuenta que las películas son un reflejo romántico, nada similar a su verdadera biografía. La sensación que tuve es que fue una joven muy desgraciada; era bávara y muy bella, casada a los 16 años con un hombre muchísimo mayor, workholic que, aunque la adoraba, no le paraba mucho; ella era como el adorno costoso y necesario de un rey, por lo que terminó siendo, según se cuenta, anoréxica (a los 60 años su cintura medía 58 cms.), pendiente de su belleza (pasaba 2 horas cepillándose el cabello), compradora compulsiva y al final murió asesinada por error por un anarquista italiano (por momentos me pareció la Lady Di austríaca del Siglo XVIII).

Luego fuimos al Palacio de la Opera y a la Calle María Auxiliadora donde fue bautizado Haydn Cenamos en el Barrio 19 (es decir, las afueras), en una zona llamada Grinzin, linda con casitas tipicas, música de violines y salchicha de todos los tipos posibles

En la noche fuimos a un concierto de Mozart (bueno con música de Mozart, en realidad) y es que Viena es una ciudad bañada de este autor. En el teatro los acomodadores, los de la boletería, los vigilantes todos están vestidos a la usanza, la arquitectura del teatro el ambiente en general todo te hace sentir en un paseo a través del tiempo. A la mañana siguiente fuimos al Mercado Naschhmarkt, un mercado popular que es una fiesta de colores, sabores y olores. Lamentablemente, debemos partir pero nos prometimos volver.