sábado, 28 de abril de 2012

VIETNAM


¡BUENOS DÍAS, VIETNAM!

  Llegamos a Hanoi bien entrada la tarde por ello solo tuvimos tiempo de visitar un hermoso taller de pintura y cerámica laqueada, manifestación típica de la artesanía vietnamita  ¡Quedamos tan prendados de todo lo que vimos! nos cautivó la gentileza de la chica que, con dulzura y paciencia, nos mostró los pasos del laborioso arte del laqueado; nos encantaron las maravillosas piezas, cada una más hermosa que la otra.  Hubiéramos querido comprar la tienda entera.  No pudimos claro, aunque  todos salimos de allí con un paquetito.  Esa noche solo quedaría tiempo para una cena rápida ya que mañana tenemos pautado salir muy temprano hacia Ha Long Bay.
 Camino al embarcadero, a unas 4 horas de Hanoi, podemos observar una ciudad de contrastes; por un lado la pobreza es palpable, la arquitectura está detenida en el tiempo, las edificaciones están deterioradas.  Por otro lado, vemos el surgimiento de grandes edificios modernos pertenecientes a industrias que recién se están instalando, la pujanza de la inversión extranjera   comienza a notarse.
También aquí, al igual que en Bali, el vehículo por excelencia es la moto. Según nos dijo nuestra guía que, a propósito se llama Thu, de  8 millones de habitantes 5 se trasladan en moto; pero no es sólo que se trasladen, es que además las utilizan hasta como vehículo de carga, de manera que es fácil observar una moto con lo que parece un container de vegetales o una pila inmensa de llantas de camión o 4 personas adultas o, inclusive,  cochinos vivos.
Las mujeres cargan sobre sus hombros, equilibradas en una larga vara de bambú, un par de cestas llenas con la mayor cantidad y variedad de productos y en todas las aceras se ve a hombres, mujeres y niños en cuclillas, la que parece ser la postura nacional.
 Los vietnamitas son un pueblo sufrido y se nota, pero no son un pueblo rencoroso,  miran con esperanza hacia el futuro, no están anclados en el pasado; se percibe que han superado el trauma.  Cuando uno pregunta algo con relación a la guerra, evaden el tema o  responden señalando que eran muy jóvenes, que casi no recuerdan.
Observamos que las casas vietnamitas son altas y estrechas,  apenas unos 2 mts. de fachada; esto se debe, según nos informan, a que el impuesto por derecho de frente es muy alto, por ello construyen hacia arriba.  En los campos se ven hombres y mujeres trabajando los cultivos de arroz en forma artesanal, toda la faena se hace manualmente,  no llegamos a ver ni un solo tractor, cosechadora, segadora o máquina de ningún tipo.  Los campos de arroz son inmensos,  abiertos, sin cerca; las mujeres trabajan el campo mientras sus hijos juegan cerca y un poco más allá están las tumbas de sus antepasados, todo junto, sin linderos ni separación de espacios.
Nos llama la atención que muchos cartelones ofrecen Thit y otros Pho.  Thit es carne de un perro especial que crían para comer y Pho (no se escribe exactamente así sino que lleva una cantidad de firuletes sobre la o) es una sopa típica vietnamita que luego tuvimos la oportunidad de probar, deliciosa.  El perro no, ¡eso si que no!, somos de mente abierta, pero no tanto.
Finalmente, llegamos al embarcadero de Bay Chai, allí nos está esperando nuestro guía para Ha Long Bay (su nombre es Mr. The, se pronuncia ti);  Mr. The nos conduce hacia nuestro velero privado, en el recorreremos la bahía y pernoctaremos.  Una vez instalados en los camarotes, salimos a disfrutar del maravilloso panorama y de un exquisito almuerzo preparado para nosotros.
La Bahía de Ha Long es una extensión de agua de 1.553 Kms.2 donde se encuentran 1.969 islotes (para mí la mayoría de ellos son morros).  En 1994 fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y en 2011 fue seleccionada como una de las 7 maravillas naturales del mundo moderno….y se lo merece.
En los islotes hay cuevas formadas por la erosión que, en alguna oportunidad sirvieron de vivienda, visitamos una de ellas y son inmensas y espaciosas con sus estalacitas y estalagmitas decorando el techo.  Descendimos también en una de las playitas para tomar el sol, un baño de mar y  hacer kayak en la bahía; fuimos también a un pueblo flotante de pescadores.  Estas villas flotantes se dedican a la pesca de camarones, calamares y a el cultivo de perlas.  Trabajan también el nácar.
                                                                                     
La noche en Ha Long Bay es mágica; anclados en las aguas tranquilas, bajo el negro cielo estrellado, escuchando la música del silencio, se siente físicamente la serenidad  apoderándose de tus sentidos y, de pronto,  el estado alfa de tranquilidad absoluta está allí, es cierta y palpable la paz.    
De ahora en adelante, nunca más relacionaré Vietnam con guerra y sufrimiento; para mí Vietnam será Ha Long Bay y Ha Long Bay será LA PAZ.
 HANOI o EL BOCHORNO VIAJA EN CYCLO.  Como ya he mencionado, Hanoi no es una ciudad bonita ni moderna; es, en cambio,  un retrato del pueblo vietnamita, humilde,  pacífico, trabajador; se les ve en las calles conversando, observando, esperando, laborando, comiendo todo en cuclillas, esta parece ser la pose nacional, inclusive, cuando tienen un banco o un poyo donde sentarse, se acuclillan sobre él.     
El Budismo es la religión oficial, sin embargo, Thu, nuestra guía en Hanoi, nos comentó que es un Budismo cómodo, van a los templos 2 o 3 veces al año para eventos importantes pero, cuando les preguntan  cuál es su religión, la gran mayoría contesta que no tiene.    Desde afuera pudimos ver la Pagoda de Tran Quoc, a orillas de lago Ho Tay. Esta es la pagoda  más antigua de Vietnam,  es de color rojo y está rodeada de templos, sin embargo, no nos fue permitido entrar ya que está en remodelación.

Una de las visitas más importantes en Hanoi es el Templo de la Literatura; esta  edificación de estilo chino, cuenta con 5 áreas y 5 patios.  Cuentan que en este sitio  Confucio enseñaba sus teorías a los hijos de los emperadores y se formaban también los mandarines.  En 1070, el emperador Thanh Tong ordenó construir el templo para rendir homenaje al sabio y, 6 años después, comenzó a funcionar como sede de la 1ª. Universidad de Vietnam; aunque ya no funciona como  Universidad, todavía vienen los graduandos aquí a recibir sus títulos.  En el área Central se encuentra el Templo propiamente dicho, allí se encuentra la estatua de Confucio, rodeado de las estatuas de sus alumnos; la gente les venera, llevan ofrendas e inciensos como a santos o dioses. En los jardines se encuentran un numeroso grupo de pedestales de concreto, construidos sobre tortugas de piedra; en estos pedestales están esculpidos los nombres de los PHD más destacados que han pasado por este Templo del saber.  Son más de 80 pedestales y el más antiguo data de 1442.  Algunos de ellos fueron borrados y se rumora que fue debido a una política de segregación,  propia de regímenes autoritarios.
                                                                                Un paseo simpático y refrescante es la caminería a las orillas del Rio rojo que atraviesa Hanoi.  Aquí encontraremos multitud de bares, restaurantes típicos, vale la pena recorrerla y vivir la algarabía de la ciudad al atardecer.
Obligadas son las visitas a la casa de Ho Chi Minh y a su mausoleo. La adoración a este caudillo vietnamita sigue  viva y profunda en el alma del pueblo, para ellos es un héroe, su líder moral y espiritual, su libertador.  El cadáver embalsamado luce como un muñeco de cera; debo decir, con todo respeto, que me pareció  un poco espeluznante esta especie de velorio eterno que data ya de más de cuarenta años.
La manifestación cultural más importante es el teatro de marionetas sobre agua o Roi Noc.  Es una actividad imperdible en Hanoi, consiste en un espectáculo lleno de humor, color y alegría.  Me encantó.
Otra actividad ofrecida en todos los tour es un paseo por el viejo Hanoi en cyclo, que son las bicicletas típicas de Vietnam,  con un asiento adelante para llevar al pasajero.  Honestamente,  me sentí  abochornada de viajar arrellanada en aquel asiento mientras un pobre vietnamita, pequeño y flaquito, pedaleaba para trasladarme, en tanto que todos los carros y motos del mundo silbaban y rugían a mi alrededor.  Sin embargo, cuando nos adentramos en el viejo Hanoi, donde los llamados 36 gremios están agrupados por calles y comienzas a recorrer la calle del bronce y la de la seda, la de los vegetales que huele a cilantro y hierbabuena; la de los soldadores y la  del papel, plena de multicolores farolitos chinos colgando en todas las puertas, la magia del viejo Hanoi te envuelve y por un instante, solo por un instante, olvidas la vergüenza, hasta el próximo cornetazo.





HONG KONG.
THE HONG KONG CONNECTION.

 Salíamos para Hong Kong en el primer vuelo de la mañana, lo perdimos.  Después de muchas carreras, angustia, funcionarios cara de c..o, incapaces de ayudar, funcionarios amables y sonrientes pero incompetentes finalmente apareció el “gerentazo” quien resolvió el problema.  Embarcamos para Macao 2 horas después.
 Macao es, junto con Hong Kong, la otra región de administración especial de China.  Fue una colonia portuguesa hasta 1999, su sistema económico es capitalista, su sistema judicial sigue el modelo del portugués y su idioma oficial junto con el chino es el portugués, aunque no encontramos nadie que lo hablara.  Los carteles, anuncios etc.  están en portugués, chino e inglés, sin embargo.  La visa la otorgan en el mismo aeropuerto por un precio módico, tan rápido como pasar por inmigración.
 Macao se ha convertido en un paseo regular para los visitantes de Hong Kong; muestra un gran desarrollo arquitectónico y, según entiendo, es el casino de Asia.  Se comenta que la cantidad de casas de juego se acerca a la de Las Vegas.
En Macao tomamos un autobús que, atravesando la ciudad, nos llevó hasta el puerto de embarque de los Ferrys de alta velocidad; tomamos el Ferry con destino a Hong Kong que, 1 hora después, nos depositó, finalmente, en nuestro destino, dando así un final feliz a lo que comenzamos a llamar “The Hong Kong Connection”.

Sorprendente, impactante, impresionante son los adjetivos que  vienen a nuestra mente cuando contemplamos HK por primera vez.   Es una especie de gigante Manhantan,  un poco más caótico y con venta de comida en las calles.  La región que conocemos genéricamente como HK se compone de una parte peninsular y una gran cantidad de Islas.  Kowloon está en la zona peninsular mientras que  HK  y Lantau son islas.  Como siempre que llegamos a una ciudad de esta magnitud, nos armamos con un mapa de la ciudad y  un mapa de las líneas de metro.  Habíamos perdido casi un día completo así que era necesario apurar el paso.
Nos alojamos en el Hotel Lang Ham Place ubicado en la zona de Mong Kok en Kowloon. EXCELENTE.  Tómese esta afirmación como una enfática recomendación.  Además de sus muchas ventajas, el hotel está apenas a 4 cuadras del Mercado de las Mujeres; este mercado consiste en unas 10 cuadras de puestos con las más diversas mercancías; hay que registrar, cuidadosamente, puedes encontrar miles de baratijas pero también excelentes productos a precios irrisorios.  Copias de todo, souvenirs, todo lo que se pueda desear en materia de compras está concentrado en estas callejuelas.  Nuevamente,  aquí la negociación es parte de la diversión, hay que negociar duro y en serio, es posible tumbar el 50 y hasta el 70% del precio, pero sin exagerar, también hay que ser justos y razonables.
A la mañana siguiente comenzó nuestra exploración, nos dirigimos hacia el Gran Buda Tian Tan que está ubicado en la Isla de Lantau, la más grande de HK, conocida también como el pulmón de la HK, ya que tiene muchos bosques y la densidad poblacional no es tan alta.  En Lantau están ubicados también el aeropuerto y Disneyland HK.  El paseo que vamos a hacer engloba 3 recorridos importantes, considerados entre los imperdibles de H.K: El Gran Buda Tian Tan, el Monasterio Po Lin y el Teleférico de HK.  Toda la ciudad está conectada por la red de Metro; así que es recomendable adquirir una tarjeta recargable de transporte “OCTOPUS” por unos 20HK$ que le servirá para todos los traslados en transporte público.
Desde el teleférico se obtienen vistas estupendas de la bahía así como también es posible ver el despegue de los aviones en el aeropuerto, muy interesante. La recomendación es no ir ni tan temprano en la mañana ni tan tarde en la tarde; entre 11.30 y mediodía es bueno ya que el Buda se cubre de neblina y no se aprecia su belleza y magnitud.
 Paseando por el agradable parque que rodea el sitio llegamos hasta el pie de Tian Tan, el Buda Gigante.  Esta gigantesca figura en bronce mide 34 mts.,  está ubicado en la cima de Ngong Ping, el punto más alto de la isla Lantau, así que para acceder a la estatua hay que subir 268 escaleras.  Tian Tan está sentado en una flor de loto y es la imagen de Buda sentado más grande del mundo;  debajo de la flor, en todo su alrededor,  otras estatuas menores con ofrendas diversas.  Aunque uno va en plan turístico, debo decir que la imagen, tal vez por su ubicación en las alturas, o por su postura, o por su actitud de amparo a la ciudad, transmite mucha paz.  
Bajando, se encuentra el Monasterio  de Po Lin; su nombre significa Loto Precioso y dentro podemos ver 3 estatuas de buda que representan el presente, el pasado y el futuro.  En conjunto el paseo es hermoso y lo recomiendo como otro de los imperdibles de H.K.  Al bajar del teleférico, entramos en un gran outlet que está justo a la salida.  Aquí están muchas de las tiendas de las marcas originales a muy buenos precios.  Tienen también una estupenda feria de comida.  Lo interesante y curioso de estas ferias de comida que he visitado, aquí y también en Singapur es que la feria en su concepto es completamente occidental pero aquí los puestos de comida son locales, de platos típicos.  Delicioso y a precios solidarios….UHMMM.
Recuperadas las fuerzas, nos fuimos a buscar la Av. Hollywood donde está la estatua de Bruce Lee; Igualmente,  íbamos en busca de la zona conocida como Soho, llamada así por la unión de  las dos primeras sílabas de “South of Hollywood”; al igual que en NY, es el lugar bohemio lleno de restaurantes, bares, discotecas, anticuarios, galerías y tiendas de arte.   Esta zona, bastante empinada, vino a desarrollarse por los años 60 cuando se construyó allí la escalera-rampa mecánica más grande del mundo, para el momento; desconozco si todavía sigue siéndolo, aunque lo dudo, no obstante la subimos y nos tomamos las consabidas fotos “just in case”.  Efectivamente, Soho es el lugar de la romería y el bonche por excelencia; muy concurrido por los turistas y la juventud.  Entramos en un restaurant chino a comer el famoso pato pekín, estuvo OK;  los he comido mejor en Caracas.
Otro punto importantísimo para visitar en HK es el Pico Victoria.  Hacia allá nos dirigimos al día siguiente con nuestra infaltable tarjeta OCTOPUS.  Previamente pasamos por el parque de Hong Kong, pulmón vegetal que se encuentra en medio de la ciudad, en realidad lo atravesamos en camino hacia el tan tan que es como popularmente se conoce el tranvía que sube al Pico Victoria.  En la estación de llegada al Pico está construido un Centro Comercial vertical que ofrece tiendas de marca, restaurantes con terrazas de observación y, en el tope del edificio, una terraza de observación; esta terraza es paga.  No es necesario entrar, puede seguir el sendero público y allí hay también múltiples balcones de observación desde donde puede tomar las más fantásticas fotos  del skyline de HK y de la Bahía.  Luego, si le provoca, puede entrar en el centro comercial y tomar o comer algo en algunos de los restaurantes internacionales que ofrecen vista.
  Esa misma tarde fuimos a visitar los otros mercados recomendados, como el mercado de los peces, el mercado nocturno de Temple y el de Stanley pero ninguno valía la pena.  Son mercados más orientados al comercio local, de manera tal que volvimos a cae en el de las mujeres, que es el mejor de todos.
A pesar de lo intenso de las jornadas, valió la pena perseverar en “The HK Connection”.


 BALI, INDONESIA.
 PARAISO MOTORIZADO.

Nos alojamos en el Aston Bali Resort en la zona de Nosa Dua.  Buena atención, buenas instalaciones,  buenas habitaciones y, además, cabe recalcar a modo de sugerencia,  que el hotel cuenta con un servicio de atención al turista con el cual puedes acordar un carro o una vans con chofer.  Estos choferes son quienes mejor saben cómo organizarse  para sortear el infernal tráfico de Bali, así que lo mejor es contratar el primer día a través del hotel y luego negociar privadamente con el chofer.

En Bali parece que se reúnen  todas las motos del universo, niños, muchachas, hombres, mujeres, viejas, mozas, novios y novias, madres e hijas, padres y bebes,  aquí todos  se trasladan en motos; el caos vehicular que esto ocasiona casi arruina la experiencia;  se pierde un tiempo precioso en el tráfico; lo digo en serio,  hay que ir psicológicamente preparado para sobrevivir al tráfico más infernal que se haya visto jamás y lo digo yo, que soy caraqueña.  Sin embargo,  hay que ir. Bali es un paraíso tropical tan hermoso, su gente es tan afable que vale la pena armarse de paciencia y superar ese pequeño escollo.
El pueblo balinés es muy religioso.   Constantemente y en todas partes,  vas tropezando con pequeñas y humildes cajitas llenas de flores, galletas, caramelos, cigarrillos, todo ello coronado con un incienso encendido.  Encuentras estas ofrendas en las aceras frente a los negocios, en las calles, sobre las mesas,  en los maceteros, en todas partes. Los balineses son hinduistas, a pesar de que Indonesia es un país mayormente musulmán; sin embargo, aquí no practican el culto ortodoxo del Hinduismo sino que tienen algunas modalidades tan particulares que, inclusive, su religión es llamada “Hinduismo Balinés”.
Nuestro primer día de estancia en Balí fue un día de luna llena; ello nos dio la oportunidad de presenciar la gran fiesta mensual que se organiza en torno a la fecha.  Las balinesas cargan en cestas, equilibradas sobre sus cabezas frutas, flores, comidas diversas, en ocasiones, llegamos a ver hasta lechones enteros para esta celebración mágico-religiosa.


 Visitamos el Templo de Tanah Lot, situado en la cima de un montículo de piedra.  Al templo se accede a través de un mercadito donde ofrecen toda clase de artesanía y ropa.  Están acostumbrados al regateo y hay que afincarse negociando,  puedes bajar hasta el 50% del precio originalmente ofrecido. 
Tanah Lot significa “tierra en medio del mar”.  Está ubicado cerca de Denpasar (capital de Bali) y se accede a él sólo durante la marea baja.  Los balineses creen que este templo está protegido por espíritus malignos y serpientes  venenosas que se encuentran en la base de la roca.  Antes de entrar al templo, debes hacer el ritual de purificación lavándote las manos con el agua que baja de la montaña,  luego recibes de manos del monje unos granos de arroz en la frente y una flor detrás de la oreja. 
Después de visitar este templo, nos dirigimos hacia la zona de Ubud para ver las Tegallalang, es decir,   terrazas de arroz; el panorama que presentan estas enormes montañas  terraceadas y  sembradas con este cultivo hace pensar que, si el americano es el hombre de maíz, el asiático, sin duda es el hombre de arroz.
   Otro paseo muy recomendable es ir a cenar en la Bahía de Jimbaran.  Jimbaran es un pueblito de pescadores que, en la propia orilla de la playa, tiene muchos restaurantes;  estos establecimientos poseen estanques con los peces y los frutos de mar vivos,  el  comensal  escoge su comida, cuando aún está viva y, posteriormente le es servida a la parrilla.
Para finalizar la noche,  asistimos a un show de la danza del fuego.  El instrumento musical predominante es un coro vocal de  hombres, mientras las danzarinas serpentean su cuerpo.  Normalmente estas presentaciones narran alguna historia del Ramayana; estas historias son  siempre un poco confusas, plenas de trances, encantamientos y guerras entre dioses y demonios.  En esta presentación específicamente estaban disponibles unas hojas explicativas de la historia, escrita en diversos idiomas.  Lo recomiendo como otros de los imperdibles.
El día siguiente es de gran agitación, comenzamos emprendiendo nuestro camino hacia el norte de Bali, atravesando el tráfico del que ya hablamos.  Nuestro destino es el templo de Tampaksiring o Templo de las Aguas Sagradas. 
En nuestra ruta, pasamos para ver los pintores balineses.  Tienen obras de extraordinaria belleza y a precios muy razonables.  Llamó particularmente mi atención, el trabajo de claro oscuro que realizan con varas de bambú.
La mayoría de los templos hinduistas en Bali son grandes parques donde la gente  va a limpiar su espíritu, a entrar en contacto con la divinidad y  también con la naturaleza; llevan comida y hacen picnic en las áreas del templo.  En Tampaksiring, particularmente, hay piscinas de agua que se supone sagrada donde se meten niños y adultos, íntegramente vestidos para purificarse.
Después de nuestra visita al templo, continuamos ascendiendo en la misma ruta hasta llegar a un restaurante con vista panorámica hacia los volcanes.  El restaurante como tal no es gran cosa, pero como mirador es estupendo justo enfrente de las bocas del Mount Batur, uno de los volcanes activos más grandes de Indonesia.
Al final de la tarde, ya desandando nuestro camino, paramos en la granja donde se fabrica el KOPI LUWAK      .  Esta es una experiencia única en el mundo que recomiendo como un absoluto imperdible.  Como quizás sepan, el kopi luwak es el café mejor y más caro del mundo, debido a su complejo proceso de obtención.  Me explico,  el luwak, que es una especie de comadreja,  se alimenta con los granos de café maduro; el animalito los come pero no los digiere sino que, en su estómago, los granos se fermentan con las enzimas de su digestión.  Cuando los “descome”, para decirlo elegantemente,  los granos son limpiados, secados, tostados y molidos.  De allí proviene el sabor dulzón y acaramelado de este café.  ¿Quieren saber si lo probé?
           
       …Claro que si y es divino!!!
                                                                                                 Otra recomendación en Bali es la playa de Kuta.  Esta es la zona de los surfistas, la juventud, la bohemia, los bares y discotecas.  También se consiguen mercaditos con la variada y hermosa artesanía balinesa.
 Dengan, Indonenesia, Kenangan Indah saya ambil dari sini (Gracias, Indonesia, bellos recuerdos me llevo de aquí).

SINGAPUR


 EN LOS DOMINIOS DE MERLION.



El periplo que hoy comento es deliciosamente largo y sorprendente, por ello elevo mi mirada hacia Ganesh, dios de la sabiduría y la prudencia, a los 28 budas de la iluminación, a todos los ángeles de la inspiración y la palabra para que  me presten el vocablo oportuno, el verbo preciso, el adjetivo colorido y contundente que me permitan pintar  el retrato de mis experiencias.
En primer lugar, quiero expresar mi infinito agradecimiento a gente  muy, muy querida: agradecimiento por la cariñosa invitación, por la eficiente y delicada gerencia de todos los detalles: tiempos, paseos, logística.  Sin su conocimiento, orientación y  caluroso afecto seguramente habríamos estado perdidos, en más de un sentido.
Llegar a Singapur toma 3 días;  salimos de Caracas el 28 en la tarde y llegamos allá el 30, al finalizar el día.  Este país impacta desde el inicio por su modernidad y desarrollo, notorios desde el  aeropuerto mismo: espacioso, hermoso y eficiente.  Desde la última vez que visitamos Singapur hace 6 años,  ha crecido mucho.  Todo aquí habla de progreso, incluso los precios que son bastante altos.  Singapur reúne en sí lo mejor del misterioso oriente con lo práctico del occidente.
Las Líneas Aéreas asiáticas no ofrecen la opción “multi-city” que facilite hacer un recorrido continuado; puede armarse pero es extremadamente costoso.  Es por ello que tendremos que estar pingponeando  entre Singapur y las ciudades que pretendemos visitar.
Al día siguiente, recuperados del jet lag, disfrutamos de un maravilloso almuerzo preparado por nuestros gentiles anfitriones en el cual pudimos degustar algunas de los fresquísimos productos asiáticos; así como recomendé en crónicas pasadas el bok choi, ahora vengo prendada del Kai-lan, col verde china que se prepara salteando con ajo y jengibre. Pretendo intentar reproducir el plato con espinacas y con acelga, a ver con cuál de los dos me acerco.
Por la noche, fuimos a Clarke Quay una zona a la orilla del río Singapur llena de pequeños restaurantes, bares y discotecas donde puedes degustar  comida de cualquier país del mundo, tomar un trago, escuchar música y disfrutar del neón y la animación.  Muy simpático y recomendable sitio.
Al día siguiente, domingo,  visitamos el “Singapore Flyer”,  noria- mirador que está entre las más altas del mundo con 165 metros.  Desde aquí se obtienen las vistas más espectaculares del puerto y de la ciudad de Singapur, una maravilla para el amante de la fotografía.  Fue desde esta noria que logré  apreciar en su justa dimensión el “Marina Bay Sands”, famosísimo hotel de lujo que consta de 3 enormes torres coronadas por un barco-terraza llamado Sky Park, allí hay restaurantes, discotecas y observatorios.  Este hotel cuenta con la piscina infinita más grande del mundo que, obviamente puede ser apreciada desde el sky park, ahora bien, sinceramente, desde abajo, a mi  el barco-terraza me  pareció una banana gigante.
Más tarde, nos dirigimos al museo de Art-Science para ver la exposición del  Titanic que se estaba presentando.  La estructura de este museo es una magnífica obra de ingeniería.  Situada cerca del Singapore Flyer, al borde del muelle, la edificación tiene forma de flor de loto.  Su base es circular, allí se encuentran bellos jardines adornados con piscinas pobladas de coloridos lotos;  vale la pena destacar que esta edificación tiene un sistema para reciclar el agua de lluvia, con ella  riegan las plantas y mantienen la movilidad de las lagunas, de tal manera que  los lotos no despiden mal olor.  Cada pétalo de la flor es una galería, el más alto de todos es de 60 mts.   Para cerrar el día con broche de oro,  fuimos a cenar a un local de comida típica “No Sign Board”, donde degustamos el delicioso chili crab y otros ricos platillos de la gastronomía local.
A la mañana siguiente,  nos trasladamos al Barrio Chino; de todos los que conozco, este es el único Barrio Chino limpio y organizado; es además, el sitio ideal para las compras,  se consiguen aquí toda clase de souvenirs y, a veces, hasta ropita buena.  Los restaurantes son también aseados, plenos de comidas chinas muy ricas y de precios solidarios;  hago, sin embargo, una advertencia en el tema de gastronomía, viajar al Asia requiere de mente abierta y paladar curioso; a los comedores de hamburguesa y pan con queso probablemente no les vaya bien en este aspecto.  Pasamos ese día recorriendo centros comerciales y mercados, maravillándonos de los diversos productos  frescos y envasados que se consiguen.  Las secciones de comida japonesa en los automercados (tanto ingredientes como comida lista para llevar) son un espectáculo que despierta el apetito, provoca llevarlo todo.
Otra visita obligada es al barrio hindú o Little India.  Un poco menos organizado y limpio que el barrio chino, también te envuelve en una nube de incienso, especies y  productos diversos, entre los que vale destacar los blusones y trajes hindúes, las tienditas de fantasías y abalorios a precios de 3 X 10, excelentes para quienes gustan de estas mercaderías.  Una parada obligada es al Centro Comercial o mercado Mustafá, enorme y donde compramos multitud de especies envasadas que pretendemos aprender a usar.  La visita a Little India podría considerarse un parque de diversiones para el olfato.  Comimos en el Tandoori Restaurant, bastante bueno.
La cena de hoy será una celebración especial, es por ello que nos trasladamos al GYU KAKU, es un restaurant donde colocan el grill en tu mesa y el comensal va cocinando su propia comida.  No es el  más solidario en materia de precios pero la experiencia lo vale totalmente.

  Por ahora, nos despedimos de Singapur.  Regresaremos, sin embargo, en algunos días.