sábado, 25 de julio de 2009

CON EL TEMPANO EN MIS MANOS
















PRIMERA PARADA:
LIMA, GASTRONÓMICA Y GENTIL.

Lima, la siempre gentil y elegante Lima, nos recibió la noche del 3 de julio, con su cielo gris y su aire fresco. En la mañana, repasamos sus maravillosos paseos: el Malecón de la Reserva; La Catedral; La Plaza de Armas; el cambio de guardia en el Palacio de Gobierno Municipal; El Convento de Santo Domingo donde presentamos nuestra veneración a San Martín de Porres y Santa Rosa de Lima; nos fotografiamos a los pies de Wanka, estatua realizada en grandiorita, homenaje a Taulichusco, el viejo, último de los gobernantes incaicos; caminamos también por La Alameda, junto al río Rimac, allí encontramos una feria donde los distintos departamentos del Perú mostraban sus bailes, su artesanía, comidas y costumbres, sencilla y atractiva actividad donde te mezclas con el pueblo limeño, muy decente y educado.
Sin embargo, Lima es un paseo siempre gastronómico, así que de allí nos dirigimos a conocer “ASTRID Y GASTÓN”, el original, ubicado en Cantuarias 175, Miraflores, Lima; tlfno. 51-1-444.1496 y 242.5387; pues bien, como dicen los jóvenes cuando quieren expresar el máximo elogio: ¡Eso es: Otro Nivel!!, sublime. Especialmente, me atrevo a recomendar la degustación, que te permite atravesar todo el arco iris de sabores del sitio… Imperdible.
Pasamos la tarde recorriendo los mercaditos indígenas, donde siempre puedes encontrar el detallito amable, el regalito necesario. Son sitios aseados (como toda Lima), amenos, gentiles, coloridos y de precios solidarios.

A la mañana siguiente, habíamos contratado un transporte que nos condujera al sitio arqueológico de Pachacamac, para empaparnos un poco más de las antiguas culturas andinas. Pachacamac, como recordarán, es el dios dual que está representado por el maíz (parte femenina) y la serpiente (lado masculino).

En ruta hacia allá, tuvimos la oportunidad de disfrutar, desde el carro, del Parque del Amor, con su grupo de estatuas dedicadas a la pareja y de la Vuelta del Fraile: dos agradables escenarios de los que ya hemos hablado.

En Pachacamac, nuevamente nos embebimos en los antiguos ritos y costumbres de los indígenas del sur, de la mano de un guía muy competente que nos proporcionó, inclusive, un nuevo descubrimiento, al menos para mí, el de los quipus. Los quipus, también llamados: “nudos parlantes”, consistían en coloridas ruedas de hilo o cuerdas de pelo de llama o alpaca, con valores codificados en colores y nudos, en base a un sistema decimal. Estos nudos cuentan la historia y tradición de propiedades y familias, de allí la expresión “gran quipú”, ya que tener un “gran quipú”, implica tener muchas propiedades y en consecuencia poder.

Después del paseo a Pachacamac, fuimos a Barranco, barrio bohemio y hermoso donde se rinde homenaje a Chabuca Granda y es un lugar pintoresco y agradable.

Luego, nos trasladamos a Pescados Capitales, del que ya he hablado extensamente. No nos decepcionó, nuevamente disfrutamos del pulpo adolescente ahumado y del estupendo juego de palabras y sabores que es su carta. No puedo dejar de citar la leyenda que me tocó en suerte en mi mantel:
MUCHOS SON LO BASTANTE EDUCADOS COMO PARA NO HABLAR CON LA BOCA LLENA, PERO NO LES PREOCUPA HACERLO CON LA CABEZA VACÍA.” Orson Wells.

Teníamos previsto pasar la tarde paseando por el Parque Central, construido a semejanza del Parque de Guell, pero entre una cosilla que se le olvidó a éste, otro regalito que aquel recordó esta mañana, terminamos nuevamente en los mercadillos. Regresamos caminando hasta el Centro Comercial Larcomar, para verlo por la noche con sus inquietas y coloridas fuentes y disfrutar del concierto nocturno del Pacífico, hasta que bien entrada la noche entramos en MAKOTO SUSHI BAR, el restaurant nikkei que está en el C.C Larcomar, al que ya me he referido antes. Tampoco nos decepcionó, con el Rol tiradito de pulpo y lenguado acevichado; el rol acevichado de langostino tempurizado: pulpa de cangrejo cubierta con pescado blanco; el tropical: pulpa de cangrejo, salmón y tempurizado, cubierto de calamar y salsa agridulce, en fin un festival de sabores y, debo reconocer que, esta vez, la atención no dejó nada que desear. Para nuestro próximo viaje a Lima, dejamos pendiente el restaurante RAFAEL, en San Martín 300, del destacado cheff Rafael Osterlitz, que es el que está dando la hora últimamente en la ciudad.

Partimos para Argentina, en un laaargo viaje, directo a El Calafate; bueno, en realidad, no propiamente directo. Después de 3 ½ horas desde Lima hasta Bs. As., tienes que trasladarte hacia el Aeroparque Nacional Jorge Newberry y, desde allí, salir hacia El Calafate, en un vuelo que dura casi 5 larguísimas horas.
El Calafate está ubicado en la Provincia de Santa Cruz, cuya capital es Río Gallegos, a 3 mil kms. de Bs. As.

NÚCLEO DEL VIAJE
EL CALAFATE

Nuestro anhelado viaje al reino de los témpanos había comenzado y no pudo comenzar mejor. Nos trasladamos al Hotel Los Sauces, Casa Patagónica para encontrarnos con las cabañas más acogedoras que puedan esperarse; son unas pequeñas casitas decoradas con buen gusto y delicadeza, llenas de detalles elegantes y finos. Las habitaciones comodísimas y hermosas y los baños, fabulosos. El hotel cuenta con instalación de jacuzzi, gimnasio donde también puedes degustar los más exóticos tés o recibir masajes; tiene también buen restaurante, atención pronta y cordial, en fin un espacio para la relajación y el disfrute sereno, enclavado en las frías estepas del sur.

Después de una noche de reparador descanso, salimos para nuestra esperada visita al Perito Moreno.

El Glaciar Perito Moreno nace en el campo de hielo patagónico sur, se extiende hacia el Lago Argentino y debe su nombre a Francisco Pascacio Moreno, explorador de la zona austral y activo participante en la delimitación de fronteras con Chile. El Perito Moreno ha sido considerado como una de las maravillas naturales del mundo y lo es, no sólo por lo imponente de su estampa, sino porque es una maravilla natural a la que le encanta el show. Efectivamente, cada cierto tiempo el hielo se recuesta de la Península, creando un túnel con una bóveda de más de 50 metros a través de la cual las aguas de Brazo Rico del Lago Argentino fluyen y provocan, eventualmente, el derrumbe de dicha Bóveda con considerable espectacularidad. Este show, sin embargo, no es predecible, en los últimos tiempos se ha producido en 1988, 2004, 2006 y 2008. No obstante, constantemente el Perito Moreno brinda desprendimientos de hielo a los emocionados visitantes; estos desprendimientos quedan flotando plácidamente en las lechosas aguas del Lago Argentino, adoptando formas tan variadas como la imaginación pueda crear. El showglaciar Perito Moreno tuvo a bien realizar dos desprendimientos para nosotros; le damos las gracias por ello.

Los glaciares de esta zona son, en cierta forma, travesuras del viento; los vientos recorren la Patagonia de oeste a este; cargados de humedad, después de su largo viaje oceánico sobre el Pacífico, encuentran la cordillera como único obstáculo y allí, sobre Los Andes, dejan descansar su pesada carga húmeda. Las nevadas intensas, más la baja temperatura anual, permiten que capas y capas de nieve eliminen las burbujas de aire, creando una masa compacta que, a lo largo de siglos, ha formado estos ríos de hielo; para tener una idea de la inmensidad e imponencia de la que estamos hablando, el Perito Moreno tiene en total 250 Km2.: 30 de largo, 5 km de ancho y 74 de alto sobre la superficie, se ha comprobado que tiene 120 mts. sumergidos.

El Perito Moreno se considera un glaciar en balance desde 1917, es decir, pierde y recupera la misma cantidad de hielo anualmente, de tal manera que pareciera que el calentamiento global todavía no ha atacado a esta zona.

Esa noche, después de recorrer el pueblo, fuimos a comer al asador donde nos dijeron que se hacía el mejor cordero patagónico: La Tablita, es cierto.

A la mañana siguiente, muy temprano, salimos en una excursión que navega el Lago Argentino, para ver desde el agua la cara Norte del Perito Moreno, así como también los glaciares Upsala y Spegazzini y la bahía Onelli.
El Glaciar Upsala tiene 870 mts2; una longitud de 60 Km. y un ancho de 10 mts; el alto de sus paredes alcanza entre 60 y 80 mts., un edificio de hielo, pues. Este glaciar, aunque un poco más grande que el Perito Moreno, solo es visible desde el agua; por su difícil acceso y su poca vocación de show lo han hecho menos famoso, a pesar de su inmensidad.
Por último, el glaciar Spegazzini, se distingue porque aún siendo mucho más pequeño en superficie (60mts.2, con un ancho promedio de 1.5 kms) es el más alto, 135 mts. Debe su nombre al botánico Carlos Luis Spegazzini, primero en estudiar su flora.
Regresamos ya al final de la tarde, con los ojos llenos de la más completa colección de azules que pueda imaginarse, con la piel entumecida por el frío y el alma ardiendo por la emoción de haber sido testigos de tanta maravilla. Cenamos agradable y tibiamente en el hotel y nos entregamos al feliz descanso.
El día siguiente era un día libre, forzado de tal manera porque no todos los días salen vuelos de LAN, así que resolvimos pasar una jornada tranquila, disfrutando de las instalaciones del hotel y husmeando la llegada de los mandatarios del país (propietarios de la estancia) que llegaron a orear sus depresiones en aquel paraje maravilloso y solitario. Esa noche cenamos pizzas en el pueblo. Bastante buenas, nada especial para reseñar.

SIGUIENTE PASO
BUENOS AIRES

No puedo dejar de hacer mención a Buenos Aires. Aunque en relatos anteriores me he referido a esta ciudad que, dicho sea de paso, me encanta, tengo que volver a aludirla por varias razones.
Primero hicimos un rápido recorrido por la ciudad en los autobuses turísticos descapotados (a pesar del frío que pela que estaba haciendo); ello con el fin de que algunos de los del grupo pudieran disfrutar de los sitios emblemáticos como El Obelisco, la Casa Rosada, La Plaza de Mayo, la Boca, Caminito, San Telmo, Recoleta, etc. En Recoleta visitamos la tumba de Evita y en la noche fuimos, una vez más a la Ópera Pampa, sin desperdicio; cada vez que la vez es mejor. Al día siguiente después de caminar todo el día por la zona comercial fuimos al show Esquina Carlos Gardel; no porque fuera el escogido (queríamos algo nuevo) sino porque eso era lo que había. Si, efectivamente, había tan poco turismo en Bs. As. que no todos los shows estaban abriendo. Entre la alarma por la gripe porcina, y la situación económica general, los espectáculos están semi vacíos. El show no deja nada que desear, ni el menú tampoco pero, lo que si me dio mucha tristeza fue ver como la peatonal Florida se ha llenado de buhoneros que da miedo transitar por ella. También, aunque en menor grado Lavalle, Suipacha y Maipu. La cantidad de indigentes (cartoneros, les llaman ellos debido a que duermen en cartones en la calle) es de pavor (y esto a temperaturas de 1 grado y menos. El descontento general del argentino con la situación económica, el dispendio de los dineros públicos, la indiferencia de sus mandatarios y la ingerencia del nuestro es palpable y vergonzante. De muchos taxis que tomamos, sólo 1 estaba de acuerdo con la actual situación; todos los demás, con un análisis político agudo y certero, lanzaban denuestos contra el escenario político, social y económico presente.
Sin embargo, no puedo dejar de reconocer que, tratando de obviar lo evidente, disfrutamos de unos días fantásticos. Pasamos el domingo en la Estancia Santa Susana y en el mercado de San Telmo. Disfrutamos de la maravillosa Fugazzetta de El Cuartito. Compramos chaquetas en Laffon y por supuesto, comimos ojo de buey en La Cabaña de Lila en Puerto Madero que sigue siendo lo mejor. Un dato nuevo: la trattoria Los Inmortales donde probé la empanada de pancetta, mozzarela y ciruela (uhmmm), está en Lavalle 746 y su decoración está fundamentada en los inmortales argentinos de las diferentes décadas; en particular nos tocó la mesa con el poster de los 70 donde aparecía Sandro, El Topo Gigio, Mafalda y otros a quienes no reconocí. Buena atención y CERCA.
Al parecer, el sur siempre tiene reservadas gratas sorpresas. No lo subestimen.