domingo, 9 de noviembre de 2008

SINGAPORE, CHINA Y TAILANDIA



CRONOLOGIA DEL VIAJE A LOS REINOS DE
FAR FAR FAR AWAY.


SINGA=LEON. PORE= CIUDAD.
Salimos a las 5 de la tarde con destino a Paris. Llegamos allí a la mañana del día siguiente y nos fuimos a descansar a un hotelito que nos había asignado la agencia para pasar el día. El calor en Paris era sofocante, no tuvimos tiempo de ir a la ciudad como habíamos planeado y, luego de descansar y tomar un refrigerio, nos devolvimos al aeropuerto. El avión se retrasó por mal tiempo y terminamos saliendo para Singapur pasada la medianoche. Al día siguiente, cerca de las 8 P.M llegamos a Singapur. Que nadie me diga que ese no es el reino de Far Far Far Away.

No nos dejamos vencer por el “jet lag” y en la mañana, fuimos al Centro Comercial Takashimaya, un centro comercial Japonés bellísimo, en la zona elegante de Singapur; Pasamos el día recorriéndolo y, por la noche fuimos a comer a un sitio típico donde la comida oriental nos deleitó. Excelentes y enormes cangrejos (nunca había visto tan grandes) pak choi, una especie de espinaca. También nos impresionaron las frutas como el longban, el rambután (una especie de fresa peluda) y el mangostín, esta última, particularmente, es como una granada marrón por fuera y cuando la abres dentro tiene unas bolitas que parecen un híbrido entre mamón y uva, riquísima.



A la mañana siguiente desayunamos ROTI PRATA; este roti no tiene nada que ver con el Roti hindú que nosotros conocemos, parece más bien una panqueca y se come con queso o con sirop. Luego fuimos a conocer Chinatown, y es totalmente distinto al Chinatown de N.Y. Una de las cosas más impresionantes de todo Singapur es lo limpias que son las calles, todo es aseado y ordenado INCLUSO CHINATOWN. Este país reúne las bellezas del continente asiático en un ambiente occidental. El calor es tan sofocante que TIGRE, una excelente cerveza lager singaporeana, fue un gran alivio durante toda la estadía.

El domingo, amaneció una lluvia tropical de esas que parecen cortina de agua, así que pasamos la mañana en casa; fuimos a almorzar a un restaurante japonés, GYU KAKU, excelente. Probamos la comida japonesa como nunca antes; en la tarde fuimos a visitar el Zoológico. Es una extensión fabulosa donde tuvimos la oportunidad de ver animales exóticos como los tigres de bengala, el oso polar, canguros, montar en elefante, etc.

El lunes fuimos a Little India, Buscando una fulana Gran Pagoda que nunca encontramos, entramos por la zona más fea del barrio hindú, lleno de olores y la gente con un aspecto pobre y desaseado, las quincallas muestran productos de todas partes y encuentras allí tanto baratijas como cosas de extraordinaria belleza; la mayoría de las tiendas tienen un precio fijo de 3 X 10, es decir 3 peroles cualquiera por 10 dólares singaporeanos. Compramos algunos anillos, souvenirs, etc. Al mediodía Jenny nos llevó a un restaurante hindú llamado Banana Leaf; al entrar nos recibió el fuerte y picante olor de las especies hindúes; luego vimos al mesonero acercarse hacia las mesas con una lata (estilo lata de manteca) y un cucharón, estaba sirviendo un arroz totalmente masacotudo sobre hojas de plátano( o sea, la hoja de plátano es el plato) cuando servía, el arroz sonaba plof, como una plasta; los comensales se deleitaban haciendo masacoticos con la comida, usando sus dedos para llevárselos a la boca, como diría alguien por allí, !demasiadísimo! Salimos corriendo. Perdonen la incultura ¡pero no puedo con eso!

Uno de los paseos más agradables es que bordea las orillas del río, lleno de pequeños restaurantes, donde se come exquisito; particularmente de noche por la brisa y la iluminación, constituye uno de los infaltables de Singapur.

Hay un comentario que he estado considerando hacer o no y es referente a los baños; los baños son, en realidad, letrinas enlosadas; si señor los baños estilo chino tienen un hueco con cerámica, NO TIENEN POCETA; puede que los hombres logren hacer pis con mucha puntería, las mujeres, como siempre, pasamos las de Caín. Una de nuestras guías chinas nos dijo que ellas lo prefieren así porque el cuerpo no entra en contacto con ninguna de las piezas sanitarias, lo cual es cierto, pero hermana, hay que ser experto en agachadas.

Por la noche, fuimos a unos pequeños quioscos que están a orillas del mar, en ruta hacia el aeropuerto donde se come delicioso y se pasa muy bien.

CHINA.

Lo primero que capturó mi atención en el propio avión de Air China fue la Declaración de Aduanas para los pasajeros y la copié textualmente, ya que fue un choque (el que recibe todo occidental ante un régimen comunista y el miedo de lo que nos pude venir a nosotros), no importa cuán abierta al mercado esté China hoy día, su declaración de aduanas reza así:
“CHINA CUSTOMS DECLARATION FOR INCOMING PASSANGERS”
Articles prohibited from importation in accordance with the law of the People’s Republic of China.
1. Arms.....etc
2. Currency.....
3. Printed matter, films, photography, gramophones records, cinematographic films, tapes (audio and video), compact discs (audio and video), storage media for computers and other articles wich are detrimental to the politics, economics, cultural and moral interests of China”
!Viva la libertad de expresión, Carajo! ..
BEIJING = BEI =NORTE, JING CAPITAL, BEIJING = CAPITAL DEL NORTE.

Al llegar al aeropuerto de Beijing, nos dimos cuenta de lo antipáticos y groseros que son los chinos, particularmente los funcionarios del aeropuerto, aunque esto parece ser perfil del cargo en el mundo entero.

Sin embargo, esa primera impresión la borró el recibimiento de Sonia, una chinita simpatiquísima que fue una de nuestras guías. Nos llevó al Hotel Tian Tan, y allí descansamos la tarde.

Esa noche comimos en el restaurante occidental del hotel y podemos recomendar la TSINGAO, cerveza nacional de China, otra lager, buenísima. Entre los datos que nuestra guia Sonia nos dio, está el de contestar PUYAO (la “y” suena como “sh”) para decir no quiero a los vendedores ambulantes que pululan por todos los sitios turísticos; Sie Sien= gracias; Tua a shao shien? = cuánto cuesta (recuerden que mi ortografía es de oído).

Al día siguiente, después del desayuno en el hotel, donde podías escoger menú continental pero también algunas delicatesses chinas, entre ellas, unos gusanos gordos, rozagantes y jugosos (ante los que intentábamos pasar con los ojos cerrados o la cara volteada) fuimos a conocer la Gran Muralla. Realmente una obra impresionante que ostenta el bien ganado título de maravilla del mundo.


La Muralla se inicia en la dinastía Ching y tiene 6.700 Km, uniendo 4 provincias y 2 regiones. Se comenzó a construir en el 770 A.C. por 7 diferentes estados; es reconstruida por la dinastía Ming, durante el 221 A.C, para defenderse de invasiones extranjeras, particularmente los mongoles, que tenían fritos a los chinos; en este tiempo se unifica el país y se unen las murallas para dar paso a la extensión completa que hoy visitamos. Cada 500 Mts. hay una atalaya las cuales se comunicaban entre sí por señales de humo, en el día y de fuego, en la noche, hasta la puerta de triunfo en Beijing.


En esa primera estación hay una baranda llena de candados que inmediatamente llama la atención; el asunto es que las parejas van allí y atan sus candados con cinta roja; estos candados representan la unión de la pareja, ya que ellos ven la muralla como lo más indestructible y estable. Claro está, si la pareja llega a romperse alguno tiene que ir a sacar los candados que los representan, muy romántico. Sin duda vimos varios candados solitarios.

Al bajar de la muralla fuimos a almorzar a un taller de jade. A China se le conoce como el reino del Jade y existen allí cerca de 30 tonos diferentes desde el verde oscuro hasta el blanco. Como casi todo en China, los colores del jade también tienen algunos simbolismos: el blanco, llama a la riqueza; el amarillo, protege la unión familiar; el verde oscuro, es el más valioso, relumbra en la oscuridad y representa, en consecuencia, poder;

Por la tarde, fuimos a visitar el mercado Ya Shaw, también conocido como mercado de la seda o mercado de las imitaciones. Es la actividad de compras más divertida; la gracia de este mercado consiste en el regateo, las chinitas que atienden las mini tiendas son expertas en el arte y la puja de precios se hace con una calculadora manual donde ellas colocan su precio y tú se lo rebates, con las consiguientes expresiones de asombro, horror, etc. Las chinitas de tanto recibir turistas han aprendido algunas palabras en italiano y español y las aplican indistintamente, particularmente, “finito, finito” para el precio final; amiguo por amigo y, sobre todo, “amiguo tacaño”; te agarran por el brazo y no te sueltan, mientras que todos los dependientes de las tiendas vecinas vienen a observar la puja, es comiquísimo y, además, se compra a precios irracionalmente buenos. Hay que tener, no obstante, mucho cuidado porque muchos puestos tienen imitaciones de marcas, pero muy mal hechas, Así que es necesario revisar toda la mercancía con ojo de águila, verificar que el paquete que te entregan tiene dentro lo que compraste, etc.

A La mañana del día siguiente, fuimos a la Plaza Tianamen, el Palacio Imperial y la Ciudad Prohibida.

La Plaza Tianamen una de las plazas más grandes del mundo; es un espacio enorme, con un obelisco en el centro. También se encuentra allí el mausoleo donde están visibles los restos de Mao; la cola para entrar a ver los restos era de casi 1Km, bajo un sol abrasador, pero muestra la devoción que aún siente el pueblo chino, especialmente las personas mayores y del interior, por este líder que llevó a la China a la unificación política, aunque durante su mandato se conoció una de las mayores hambrunas que se recuerde en el mundo entero; ejerció el gobierno con mano dura y cerrado criterio, allí está su enorme retrato presidiendo el corazón de Beijing. Es quizás la gente joven, que no ha vivido bajo su sombra, quienes comienzan a despreciar su criterio. Isabel, otra de nuestras guías en Beijing, nos explicó que, la mayoría de los jóvenes ya no se interesan en absoluto por el pensamiento de Mao y que van más hacia las ideas de Den Xiaoping; nos refirió inclusive la anécdota del gato negro y el gato blanco muy famosa; para quienes no la sepan, allá va. Cuando murió Mao, los grandes políticos e ideólogos de China comenzaron a dilucidar cuál debía ser el rumbo del país, hacia la izquierda o la derecha, fue cuando Den Xiaoping dijo: ni gato negro, ni gato blanco, gato que cace ratones; queriendo significar que lo importante no era la inclinación ideológica sino las acciones que dieran mayor bienestar al pueblo chino. ¡No deja de ser visionario e interesante! ¿No creen?

Otro de nuestros jóvenes guías nos comentó también que la mayoría de ellos no son religiosos practicantes, sino que más bien se han inclinado hacia el ateismo; ahora, sin duda alguna, el mejor comentario sobre la juventud china lo hizo nuestra guía-hijita Sonia, quien nos dijo que, en su mayoría, los y las jóvenes chinos actualmente le huían al matrimonio y al tener hijos porque, como muchos saben, existe una ley en China que multa fuertemente el segundo hijo, en consecuencia los chinos son casi todos hijos únicos por ende, al casarse les toca mantener 4 viejos y ¡eso es mucho trabajo! remató diciendo Sonia.

La Ciudad Prohibida incluye al Palacio Imperial. Se le llama Ciudad prohibida porque su acceso estaba vedado a todos, excepto claro, el Emperador y su séquito. El palacio consta de 720 metros y 999 habitaciones, este número de habitaciones corresponde sólo al emperador por ser hijo del cielo y el No. 1000 corresponde al palacio del cielo.


El palacio imperial fue habitado por 24 Emperadores, 10 de la dinastía Ching y 14 de la Ming. Todos sus edificios están divididos en 2 partes: interior y exterior y su distribución busca siempre la simetría y el orden armónico de norte a sur. Las entradas tienen 9 dragones tallados en piedra (protectores) y hay en todo el palacio 18 tinajas de la paz (1 por cada provincia). Estas tinajas eran de oro y, cuando la guerra contra los japoneses estos entraron a saquear el palacio y rasparon todas las tinajas para llevarse el oro. Se pueden apreciar las raspaduras.

Es importante observar la diferencia entre el Dragón y el PiChu, hijo 9º del dragón. El PiChu es símbolo de riqueza y poder, tiene cabeza de dragón, patas de caballo, cuerpo de león y cola de serpiente, nunca pierde. Se alimenta de joyas y abundancia es por eso que hay que mantenerlo siempre con la boca hacia fuera, para que acumule riquezas de afuera hacia adentro. Además del Dragón y PiChu, también es común ver en este palacio estatuas de Grullas y tortugas símbolos de longevidad (sin duda estos símbolos de longevidad deben funcionar porque la mayoría de los chinos llegan a avanzadísimas edades), así como dragones y serpientes, protectores de los palacios y del emperador.
Hoy partimos para Xian; nuestro objetivo central es ir al Museo de los “Guerreros de TerraCota”; como el tren sale a las 4 de la tarde, decidimos pasar el tiempo que nos queda en el mercado Ya Shaw, casa de las “amiguas tacañas”. También fuimos a una peluquería cercana donde, para lavarte el cabello, te dan el más delicioso masaje en el cuero cabelludo, desestresante y fantástico. Conocimos a unos venezolanos que están contratados tocando salsa en un club de Beijing, aparentemente los chinos enloquecen por la salsa y la bailan también.

Esa tarde nos fuimos a la estación de trenes, pasaremos la noche viajado hacia Xian, la cabina del tren está bastante bien, privada (2 personas por cabina) los baños un horror (menos mal que por lo menos hay uno occidental) y la comida terrorífica. Tuvimos que comprarnos una sopita de esas de pote al que se le agrega agua, pero era muy picante y casi no pudimos comerla.

Así como Beijing, por ser la capital del país, es también la capital política y Shangai es la capital económica, Xian se considera la capital histórica. De las 24 dinastías chinas 14 nacen en Xian. Es también una ciudad universitaria con 57 universidades y más de 1 millón de estudiantes.

Visitamos la Gran Pagoda del Ganso Salvaje que pertenece al Siglo VI, durante la dinastía Tang, la construye el emperador Li Chi Tang en memoria de su madre. Tiene 56 mts y 9 pisos. Hoy en día en China existen, según nuestro guía, 100 millones de Budistas y unos 20 de Taoistas, sin embargo, coincide con nuestras otras guías en que la juventud, en su mayoría, es atea. En este templo no sólo se le rinde culto a Buda sino que existen también gran devoción por el monje TANG XUAN ZANG que tradujo y difundió los textos budistas por toda China. Es interesante ver como los rituales se realizan con 5 elementos, en ese caso, 2 velas rojas y 3 varas de incienso; tratamos de hacerlo lo más devotamente posible, pero un monje tuvo que venir a ayudarnos porque no es fácil encender sin quemarse las muñecas.


Luego fuimos a conocer el taller de cerámica y es algo verdaderamente prodigioso, el detalle de los dibujos, el colorido, la cantidad de horneadas a fin de que luzca con el brillo de la conocida porcelana china pero con una resistencia casi de metal; con razón estos pueblos se destacan por su paciencia y minuciosidad. Casi todo o todo es hecho a mano, cuidadosamente.
Por la tarde, fuimos a conocer el museo de las terracotas. Recibe unos 8 mil visitantes diarios (que es muchísimo, considerando que está en el culo del mundo) Se encuentra al pie de una montaña que, a pesar del calor, todas las mañanas se cubre de nubes; esto es así, a decir de nuestro guía, porque ellos consideran que los dioses utilizan las nubes como vehículo y, de esta manera, el acercamiento a ellos en mayor. El Emperador Qin Shi Huang, que llego a ser rey a los 13 años, logró durante su corto reinado (221-206 AC) construir un imperio centralizado. En este proceso, sin embargo, fue sumamente despiadado y cruel, creándose muchos enemigos a los cuales sin mucho miramiento mandaba a la tumba. Pensando entonces, que el día que a él le tocara morir iba a encontrar a todos estos enemigos, mandó a construir un ejército completo de unos 8 mil hombres armados, caballería etc. Es en 1974 cuando la comunidad de Xian buscando el nivel freático en la zona para construir un pozo descubre la primera fosa. El proceso de reconstrucción de cada guerrero, que tiene 22 siglos enterrado, tarda más o menos un año.
Las excavaciones son impresionantes y el nivel de detalle de cada guerrero, de cada uniforme, nos habla también de la minuciosidad de los artesanos chinos. Salimos del Museo de Terracotas para abordar el tren que nos llevaría a Shanghai. Esa noche fue terriblemente mala.

SHAN = ENCIMA, GHAI = MAR. SHANGHAI, CIUDAD ENCIMA DEL MAR.
Llegamos molidos a Shanghai y vino a recibirnos nuestro guía MIN, su nombre en español Hidalgo. Quizás les haya llamado la atención los nombres en español de nuestros guías; la verdad es que no son sus nombres reales; según nos comentaron en la universidad donde estudiaron español les hicieron escogerlos, algunos escogieron simplemente el que les gustaba, otros como en el caso de Sonia, porque les sonaba parecido a su verdadero nombre Soi xing.

Lo primero que llama la atención en Shanghai es el contraste pavoroso que se observa en sus calles. En un lado edificios fabulosos, con arquitecturas modernas e impactantes; en la acera de enfrente, miseria, suciedad, indigencia. El malecón de la ciudad, a orillas del mar, permite una visión del desarrollo arquitectónico; es quizás esta visión desde el malecón la que ha hecho a algunos decir que Shanghai es el NY de Asia. Pero, no obstante, es muy difícil dejar de mirar la miseria, porque simplemente la tienes enfrente, coexisten en el mismo espacio. Estuvimos un rato en el mercadito para turistas que hay cerca del malecón; todo es carísimo y no encontramos nada de interés, el calor y el asedio de los vendedores era demasiado agobiante, así que optamos por regresar al hotel.
De camino al hotel pasamos a conocer un pequeño centro comercial, cuya principal atracción es una tienda China por departamentos (Auchan), horrenda, pero Dios guió nuestros pasos hacia allá para que descubriéramos ¡...aleluya....aleluya....aleluya! UN PIZZA HUT, encargamos unas pizzas y nos las llevaron al hotel. Detalle curioso, los chinos no tienen permitido aceptar propina. Ni siquiera el chico del delivery la aceptó. Mañana tomaremos el avión de vuelta a Beijing y, sin salir del aeropuerto, regresamos en vuelo a Singapore.

Los chinos, a pesar de tener este país enorme, de costumbres milenarias, llenas de misticismo y simbolismo mitológico y religioso son, en general, gente desaseada y mal educada; hacen terribles ruidos con la garganta, escupen en el piso, en cualquier lugar, te empujan tratando de colearse, te atropellan sin consideración alguna, a lo mejor tiene que ver con que, al ser ellos tantos, tienen que defenderse a los codazos pero, al final uno queda con la sensación de que China sería mejor, si no hubiera chinos en ella.

Desde el aeropuerto de Shanghai de la zona este ( Shanghai tiene dos aeropuertos, lo cual nos habla también de su gran desarrollo económico) salimos con rumbo a Beijing.
El fin de semana, iremos a Tailandia. Esa noche, durante la cena nos trajeron la fruta típica de Singapore (durian), es como una gran guanábana pero de púas más duras, huele a rayos con rabo y sabe igual....Me perdonan pero hay que tener bríos para comerse esa broma....

TAILANDIA
En Bangkok, nos alojamos en el hotel Menam Riverside, la vista desde las habitaciones es bellísima, con el río y las barquichuelas atravesando.

A la mañana siguiente, después del desayuno, salimos del hotel en los típicos barquitos de Tailandia para ir a conocer el Gran Templo del Buda de esmeralda y el Buda Reclinado. La parte de Bangkok que hicimos caminando nos hizo sentir en el centro de Caracas, Buhoneros en las calles, un poco de suciedad y mal olor; sin embargo, lo colorido de los taxis (en serio, corollas 2004, 2005 y 2006 pintados de fucsia, morado intenso, naranja con franjas moradas), los tuk tuk (taxis moticos) te van envolviendo en la magia del oriente.

La magnificencia del templo del Buda de Esmeralda, finalmente, te atrapa en todo ese aroma de misticismo y devoción. Como andábamos (las mujeres) sin mangas, nos hicieron vestir unas camisas masculinas horrorosas y calurosas; a Andrea, que además estaba en pantalones a la rodilla, la hicieron vestir una falda tailandesa (bellísima). Pudimos recorrer todo el templo con nuestros zapatos puestos, excepto para entrar propiamente en el recinto de oración, donde si es necesario quitárselos.

La arquitectura, los repetidos adornos todos cargados de simbolismo, todo respira una atmósfera exótica y diferente. Aquí encontramos las figuras de SINGHA, el león. Nagha, la culebra de 5 cabezas y GARUDA, el águila, cuidadores de Buda. Igualmente impresionante son las representaciones de los diablos y los monos que aparentan sostener parte del templo. Las grandes estatuas de guerreros chinos, vestidos a la usanza hacen recordar aquel personaje cómico de FU MAN SHU.

De allí salimos al templo del Buda Reclinado, una estatua yacente de Buda, en posición de Nirvana (acostado de lado con los pies totalmente juntos uno sobre el otro), que mide 46 metros de largo y 15 de alto y está hecho de bronce y recubierto con pan de oro y en cara y pies tiene aplicaciones de nácar. Aquí nos dotaron de unas mantillitas como capa (para tapar la falta de mangas) y despojarnos de los zapatos; lo bueno es que en todos los templos que visitamos están preparados para la eventualidad de estos occidentales de porra que no saben como vestir para ir a un templo, de tal manera, que no pierdes la visita.

El Buda Reclinado es majestuoso; caminas a lo largo de su cuerpo y en la medida en que vas caminando, oyes un sonido metálico constante; en efecto, una de las paredes laterales está cubierta por cazuelitas de bronce donde, haciendo fila la gente va depositando unas moneditas de cobre en forma consecutiva (las moneditas las compras allí mismo). El sonido es musical y sedante (¡Claro que sí!, compramos y echamos las moneditas).
De allí salimos a almorzar, donde nos enamoramos del Pad Thai y de la ensalada de mago verd; cuando caminábamos para tomar un taxi de regreso al hotel, vimos una bicicleta cargando un carrito de algo frito, es una merienda muy popular las bolsas de cucarachas, sapitos, gusanos y grillos fritos, como comprar un cucurucho de maní.

Por la tarde fuimos a darnos un masaje tailandés. Esta fue una experiencia fabulosa. Yo he recibido todo tipo de masajes: reductivos, anti-stress, terapéutico, quiropráctico, pero este es totalmente diferente. Es en seco y consiste básicamente en dígito puntura y estiramientos (cuando digo dígito puntura digo mal, porque no es sólo con los dedos, en realidad debería decir toditopuntura, porque las tipas usan codos, rodillas, pies, brazos, piernas) y en cuanto al estiramiento (divino) en oportunidades piensas que te van a desarmar. Dichos estiramientos logran un relax de los músculos tan profundo que, algunos (me incluyo), logran echar un sueñito, sin importar que te están halando y jamaqueando y estirando. Al salir de allí, fuimos al Bar del Hotel y nos encontramos al resto del grupo y disfrutamos de una maravillosa danza de bailarinas tailandesas de movimientos suaves y figuras súper hermosas, las tipas no tienen ni un gramo de grasa en el cuerpo y no sufren del mal de las caribeñas: NO TIENEN CADERAS…

Al día siguiente, después del consabido desayuno, fuimos al Mercado Flotante. Es la experiencia más exótica que se pueda imaginar. En primer lugar, el mercado está sobre el río Kwai (para la nueva generación a quines quizás esto no les dice nada, pídanle al adulto que esté más cerca que les silbe la marcha sobre el río Kwai y entenderán de que estoy hablando). La idea del mercado flotante es que vas en una de estas barquichuelas tailandesas de las que ya he hablado repetidamente, y a la orilla del río hay quincallas llenas de productos de la región, artesanía, etc. Cuando muestras interés el barquero se arrima a la orilla y desde el barquito negocias con el o la dependiente. En ocasiones, cuando demuestras un poquito interés, el tendero hala tu barca con un bichero (palo largo para halar barquitos) y te acerca para tratar de convencerte. El regateo aquí también se hace necesario (no al mismo grado que en China) pero también funciona. Esta es una de esas experiencias turísticas que guardas en tu memoria y en tu corazón por siempre...diferente, exótico...increíble.
De allí fuimos a almorzar, en un restaurante pura pinta, pasamos por el taller de la madera donde se realizan esos cuadros inmensos tallados sobre madera con múltiples colores que con frecuencia vemos como típicos de la zona. Por la noche fuimos al mercadito nocturno (inmenso) lleno de todas las mercancías que puedan imaginar, a precios insólitos. Sin embargo, el encierro, lo laberíntico del sitio y el calor sofocante, no te permiten disfrutar a cabalidad (es sumamente fácil perderse allí, sobre todo para los de nulo sentido de la orientación, como yo).

Al día siguiente, sábado, fuimos al mercado de fin de semana y todo lo que dije del mercadito nocturno puede repetirse aquí, pero multiplicado por 2. Por lo que estoy contando, se darán cuenta que BANGKOK is a SHOPPING PARADISE........I LOOOVE BANGKOK.... Otra experiencia que probamos en Bangkok fue el masaje de pies. Contratamos un combo (pies, espalda y hombros) FFAANNTTAASSTTIICOOOO y además, baratísimo, pagamos unos 180 baht (incluida propina) que es como unos 5 US$.

En líneas generales, este viaje a algunos sitios de Asia es lo más exótico y quizás uno de los viajes más especiales que atesoraré en mi memoria.

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