miércoles, 12 de noviembre de 2008

HABLANDO DE CUECAS, MILONGAS Y CANDOMBE






HABLANDO DE CUECAS, TANGOS, MILONGAS Y CANDOMBE

Aterrizamos en Santiago de Chile y nos dirigimos a nuestro alojamiento, el hotel Crowne Plaza, ubicado en la Av. Alameda, casi frente a al barrio Bella Vista. Inmediatamente, fuimos a recorrer las calles de Santiago. Nuestro objetivo era visitar la feria artesanal de Santa Lucía para luego, rematar almorzando en el mercado Central.
Llegamos a la mencionada feria artesanal, donde conseguimos hermosas joyas de lapislázuli (la piedra emblemática de Chile), montadas sobre plata. No se pregunten si compramos, la respuesta siempre es SI.

Al filo de mediodía llegamos al Mercado Central a almorzar. Este mercado es de una pulcritud y una belleza impresionante. Su armazón de hierro fue construida por Eiffel, que no tengo idea de por qué andaba encaramando hierros por esos fines de mundo. En su interior, está lleno de restaurantitos típicos muy agradables; Nos sentamos “Donde Augusto”. Sitio recomendado (*****) Allí saboreamos las especialidades gastronómicas de este país “locos con mayo” (inmensos abalones sancochados con salsa de mayonesa); machas a la parmesana, (molusco que parece una lenguita); erizo crudo, esto no me gustó mucho porque es medio baboso y empanada chilena rellena de queso con camarón: Una delicia.





Luego de descansar un rato en el hotel, por la noche, nos fuimos a “Los Adobes de Argomedo” una cena show en la Av. 10 de julio. El espectáculo presenta las danzas folclóricas chilenas: la cueca, esa que se baila sacudiendo en el pañuelito; danzas indígenas de la Isla de Pascua, en las que las mujeres mueven sinuosamente sus cuerpos, muy parecido a las danzas Hawaianas, al igual que los trajes (es decir falditas y sostenes de hojas. Collares y tocados de flores y plumas). La comida excelente. Sitio recomendado (****). Cerca de nuestra mesa había un grupo bastante heterogéneo donde confluían españoles, peruanos y chilenos y, a pesar de querernos desconectar totalmente del personaje que nos desgobierna en el país, es inevitable que la gente, al identificarte por el acento, traiga el tema a colación. Es interesante, sin embargo, que independientemente de la actitud de los gobiernos, la gente en la calle, el ciudadano común, lo considera un payaso, un grosero, un abusador o un idiota al que se lo están chuleando bueno y sabroso, según los diversos puntos de vista, pero difícilmente hay una percepción favorable. Magro consuelo, pero consuelo a fin de cuentas.
Al día siguiente fuimos a hacer el city tour. Para hacer un poco de historia, Chile es descubierto por Don Diego de Almagro, quien engañado por Pizarro se va a las tierras al sur del Perú buscando el Cuzco, de hecho muere en luchando contra Pizarro por la posesión de esa ciudad. Es entonces Pedro de Valdivia quien funda la ciudad de Santiago como Santiago Apóstol de la Nueva Extremadura o Santiago del nuevo Extremo; Valdivia fallece en el ataque de los Mapuches o Araucanos (los chilenos no aceptan el nombre de Araucanos y utilizan su nombre original “Los Mapuches”). Le sucede García Hurtado de Mendoza quien viaja en compañía de Don Alonso de Ercilla; como quizás recuerden, don Alonso es el autor de la primera obra de tema americano, “La Araucana”.
Chile fue libertada por Bernardo O´Higgins el 18 de septiembre de 1810. Está dividido en 13 regiones que, a su vez, se dividen en Provincias y estas en Comarcas. Sus principales productos son el cobre, el salmón, las flores, las frutas y el vino. 16 millones d chilenos, 6 de los cuales viven en el área metropolitana, tienen un Congreso bicameral (120 diputados y 38 Senadores) y su presidenta actual es Michelle Bachelet, con la que ya han comenzado a tener conflictos, especialmente en materia de transporte.
Recorrimos el Paseo La Alameda también conocido como Av. Libertador Bernardo O´Higgins, que atraviesa toda la ciudad. Vimos la Universidad de Chile, fundada por Don Andrés Bello; El Cerro Santa Lucia que rinde honor al 13 de febrero, fecha en que se forma la primera junta de gobierno (me pareció una fecha así como el 19 de abril que da inicio a una vaina que nadie sabe bien qué es, pero importantísima).
Conocimos, por fuera claro, el edificio de Arsenales de Guerra, cuyo mayor interés es que data de la colonia y su construcción es de cal y canto.
El Palacio de la Moneda, construido en 1786 se encuentra ubicado frente a la plaza Constitución y, hacia uno de sus costados, en una callejuela poco transitada, está la puerta Morandí 80; esta puerta es famosa porque por allí abandonan el Palacio los Presidentes salientes ¡cuánto daríamos nosotros por tener una Morandí 80 y usarla…. pronto!!!!!!.

A unas 5 o 6 cuadras de allí está la Plaza de Armas, donde se encuentra marcado, en un mapa de cobre, el Km. 0 de Chile (como frente a Notre Dame en Paris); frente a la Plaza de Armas están: La casa Colorada, que es hoy el museo de Bellas Artes y la Catedral de Santiago. En los altares de la Catedral están dos santos Chilenos: Santa Teresa de Los Andes, una monja Carmelita que murió antes de cumplir los 20 años; su verdadero nombre era Juanita Fernández Soler y su misticismo y absoluta entrega a Dios se manifiesta a los 10 años cuando hace su primera comunión. A principios del 1919 ingresa al convento, hace voto de castidad y un año después en abril de 1920 fallece. Es beatificada por Juan Pablo II en 1987 y canonizada por el mismo papa en 1999. Su fiesta es el 13 de julio.

El Segundo Santo es San Alberto Hurtado. Nacido de familia aristócrata en 1901 en Viña del Mar, se gradúa de Abogado en la Pontificia Universidad Católica de Chile y, el mismo año de su graduación ingresa al convento de los Jesuitas. Dedica su vida a defender a los más necesitados. Cuentan que se le veía manejando una destartalada camioneta verde en la que repartía comida, ropas medicinas y consuelo. Funda el Hogar de Cristo, una especie de casa asilo para los menesterosos. Fue Canonizado en el 2005 por Benedicto XVI (el papa nuevo). Fallece de cáncer de páncreas en 1952. Se le considera en Chile como el patrono de los trabajadores y sindicalistas

No dudo en absoluto de la santidad de estos personajes, que hicieron un gran bien en sus comunidades, tienen milagros comprobadísimos y segurito que están en el cielo; pero no puedo más que pensar que José Gregorio es bien deslechado.

Vigilando el barrio de Bella Vista se encuentra el Cerro San Cristóbal, es un morro en cuya cumbre está enclavada la Inmaculada Concepción.

Ese día fuimos a almorzar en Patio Bella vista, en la Urbanización del mismo nombre. Salvando las distancias, es como ir a comer al Soho. Aquí se encuentra la parte cultural, bohemia de Santiago. Con excelentes restaurantes, galerías y tiendas de arte y artesanías. Escogimos el Restaurant “Como Agua para Chocolate”, que rinde homenaje a la novela homónima de la mexicana Laura Esquivel. Nada más entrar el ambiente te conquista. La decoración es tan sencilla, creativa y hermosa que parece que hubieras traspasado la barrera del tiempo, cayendo en los albores del Siglo XX. La atención es cálida y, de la comida… ni hablar, fabulosa y creativa; queríamos probarlo todo. Pedimos, para entrar una ensalada de espárragos, champiñones, alcachofa y lechuga portuguesa y un gratén de machas que ya nos había vuelto locos en el mercado; con la idea de probar lo más atractivo de la carta, cada uno pidió un plato distinto: Yo pedí un hojaldre de Salmón, Orlando un Congrio en pebre de palta y Oneyda, el Panecillo de Jaiba, todo esto regado con sauvignon del 2006 de la casa Varamonte. Chúpense los dedos que todo estaba divino (*****)

Al día siguiente, sábado 24, habíamos decidido ir a la Casa Museo de Pablo Neruda “Isla Negra”. Neruda, como quizás todos sepan, tenía 3 casas en Chile: “La Chascona”, en el Barrio Bella Vista que someramente describí antes. El nombre de esta casa es el sobrenombre de Matilde Urrutia, su 3ª esposa, verdadero y último amor; significa, en el lenguaje popular de los chilenos “despeinada. “La Sebastiana” ubicada en Viña (a donde no fuimos) y por último, bordeando la costa hacia el sur, a una hora en carro desde Santiago, “Isla Negra”. En esta casa vivió Neruda sus últimos días y aquí están enterrados sus restos así como los de Matilde. Una junto a otra, las tumbas miran hacia el mar y, por momentos, uno puede sentir que la pareja que allí yace, quizás, al atardecer, cuando todo queda en silencio, se sienta en la gravilla y se toman las manos, en muda contemplación del océano.

La carretera hacia “Isla Negra” está flanqueada de pinos y sauces llorones; cada tanto, se abre un espacio de chalecitos pequeños, muy dignos y limpios, construidos para las clases bajas; es tan armónica la distribución que parece sacada de alguna estampa “naive”.

Al Llegar a “Isla Negra” te envuelve una atmósfera de paz; en el aire mismo flotan versos; la armonía se respira, se hace palpable. Todo lo que esta casa contiene resuma poesía: la disposición de los muebles, cada objeto de sus mil y una colecciones, cada mascarón de proa que asoma en una esquina, su habitación acariciada de azules, todo está inundado de metáforas; cada madero es caricia, cada piedra es rayo, cada objeto una estrella y en cada rincón, late un mar.



La casa esta intacta; todo está en el sitio en que ellos lo tenían, tal vez por eso se perciben las huellas de sus manos; las vibraciones de sus almas palpitan en cada vitrina, en cada ventanal, en cada piedra y cada flor del jardín. “Isla Negra” no es un museo; es un hogar; uno espera confiado en que, detrás de alguna puerta aparezca, en cualquier momento, el poeta.

Flotando entre nubes de espuma salimos de allí y dejamos que el chofer nos condujera a un pueblito cercano llamado Pomaire; allí nos metió a almorzar en un sitio pésimo donde la comida estaba fría y la cerveza y el vino calientes. Lo único más o menos decente fue la conocida empanada de pino, es decir, la empanada chilena de guiso de carne.

Al día siguiente, domingo 25 salimos rumbo a Puerto Montt y Puerto Varas. Desde aquí se toma el barco para hacer el cruce de lagos, siguiente objetivo de nuestro paseo. Llegamos al aeropuerto Tepual y nos dirigimos Puerto Varas, ciudad en la que vamos a pernoctar. Originalmente Puerto Mont se llamaba Meli Pulli que significa en 4 colinas. Mientras nos acercábamos desde Puerto Montt a puerto Varas fuimos observando los bosques de alerces y las casitas estilo colonia Tovar, hechas de madera recortada en tejas en forma de escama de pescado. En Puerto Varas, la catedral es de madera de alerce con techo de lámina de cobre. Estos puertos fueron desarrollados por los alemanes de la Selva Negra, quienes fueron traídos aquí en 1852. Es una zona que tiene 220 días de lluvia al año por eso, quizás, los indígenas primigenios la llamaban: Llanquihué que significa profundo, sumergido. Esta es la zona productora de salmón (2ª. en el mundo, sólo detrás de los noruegos); también crían truchas pero, con tanto salmón, la trucha casi es considerada guate de perro.

Los habitantes de Puerto Varas se llaman a sí mismos “La Muerte” porque son los últimos en muchas cosas. En efecto, trazando una línea en el Ecuador, encontramos que aquí están la última estación de tren del mundo, el último centro comercial e inclusive el último Mc Donald. Tienen como costumbre “tomar las once”, al final de la tarde; como una especie de te de los ingleses, solo que en este caso no es té y las once no tiene nada que ver con la hora, sino con las once letras que tiene la palabra AGUARDIENTE. Ah!!! Y todavía no les he hablado del “Pisco Sour”…Una bebida estupenda cuya autoría se pelean peruanos y chilenos, se prepara con Pisco (el aguardiente propio), limón, clara de huevo, amargo de angostura y es deliciosa; recientemente supe que ganaron los peruanos la denominación de origen.

Comimos en un restaurante llamado “Las buenas brasas”, y a que no adivinan qué elegimos? …. No adivinaron ¿verdad? Salmón y centolla:
SIMPLEMENTE F A N T Á S T I C O S. (****)

El lunes 26 dejamos Puerto Varas en barco, navegando por el lago Llanquihue, rumbo hacia las cataratas de Petrohué (lugar de humo). El Llanquihue es el 3er lago más grande de América y el más grande no compartido de Chile. El más grande de todos es el Titicaca, compartido entre Bolivia y Perú; el 2º es el General Carrera, compartido entre Argentina y Chile y el tercero es el Llanquihue, íntegramente chileno, con 872 kms2 y 350 m de profundidad. Está rodeado por los volcanes Osorno, Calbuco, Tronador y Puntiagudo que casi nunca se ve (tuvimos la fortuna de que asomara para nosotros); el Puntiagudo tiene 2652 metros de altura y su copa, siempre blanca, no es por nieve sino por un glaciar. Era conocido por los indígenas como demonio de las alturas.



Desembarcamos en Peulla y almorzamos aquí, al aire libre, con avíos comprados el día anterior. Por la tarde seguimos la travesía hacia el “Lago de Todos los Santos”, llamado así en honor al día de su descubrimiento. Aquí pudimos apreciar la Isla Margarita, una isla privada propiedad de los dueños de la empresa de turismo que regenta los barcos (una especie de Fucho Tovar patagónico); el apellido es como Rossemberg o algo así, así que a las jóvenes solteras y en edad de merecer de la familia: …atención con chilenos de apellido Rossem algo alemán. A ver si pescan alguno…. Vale igual para los varones y las chilenitas del mismo apellido.

Finalmente llegamos a Puerto Blest, frontera con Argentina de aquí haremos la travesía por el Lago Nahuel Huapi, Argentino, hasta Puerto Pañuelo. El Lago Nahuel Huapi está atentamente vigilado por los volcanes nevados y enormes montañas de la sierra andina. Las gaviotas revolotean sobre nosotros, chismeando entre ellas y acercándose a robar en vuelo galletas de las manos de los pasajeros; muchos logran la fotografía con la gaviota suspendida sobre la mano. Al llegar a Puerto Pañuelo seguiremos en autobús hacia Bariloche. Antes de finalizar este capítulo del cruce lagos debo decir que, en materia de paisajes naturales, jamás había visto algo más espectacularmente bello. Las aguas de estos lagos son de azules y verdes imposibles; los custodios volcanes con sus picos nevados, los cerros poblados de pinos, son panoramas que dejan sin aliento.




Llegamos a Bariloche y nos alojamos en el Hotel Edelweiss. Esa misma noche fuimos a comer al Restaurante “El Tarquino”, recomendación de Hernán Rodríguez. Comimos bastante bien y la decoración del sitio es hermosa, aunque está un poco aparte de la zona central y comercial de Bariloche. (****)

El martes recorrimos la ciudad y llegamos hasta el Cerro Campanario que, aún no siendo el más alto, por su ubicación, (sólo como un otero, casi al centro del Nahuel Huapi) es el que ofrece las mejores vistas del panorama. Camino hacia este cerro vimos el río Angostura, una delgada franja que une el Nahuel Huapi con el Lago Moreno formando entre ambos una especie de 8 acostado. El lago Moreno se llama así en honor al Perito Francisco Pascacio Moreno, primer blanco en llegar a la Patagonia y artífice del acuerdo de límites entre Chile y Argentina (el Glaciar Perito Moreno también lleva su nombre). El Río Angostura tiene la particularidad de que, cuando el viento sopla, pareciera correr de derecha a izquierda, o sea, al revés, pues.

Almorzamos en “Familia Weiss”, sencillamente sensacional: Jabalí ahumado con salsa de frambuesa (yo) y con salsa de champiñón (Orlando); ciervo a la cazadora con esos ñoquis chiquiticos que no me acuerdo como se llaman (Oneyda), regado todo con un Malbec de la casa Familia Bianchi. (*****)

Ni que decir que al salir de allí nos fuimos a la tienda de delicatesses “Familia Weiss” a comprar patés y ahumados para traer.

Al día siguiente, miércoles 27 hicimos la excursión al volcán Tronador, llamado así por el estruendo pavoroso que provocan los desprendimientos de sus hielos. Al Tronador se llega a través de la Avenida Ezequiel Bustillos que se encuentra enclavada en medio del cordón montañoso y el lago Nahuel Huapi. El Tronador tiene 3550 mts. y en su falda está el glaciar negro, toda vez que sus hielos arrastran sedimentos de los volcanes y adquieren ese color, realmente impresionante. Parecen puntas de azabache o montañas de ébano. La cascada que se forma de su deshielo se le conoce como Garganta del Diablo.




Ese mismo día llegamos a hacer un almuerzo cena en Bariloche; nos habían recomendado un asador cercano al hotel llamado el “Asador de Molina”. Nos fuimos caminando (era muy cerca) pero la temperatura había metido un bajón a “single digit” de manera que cuando llegamos nos castañeteaban los dientes. Ni que decir que comimos cordero patagónico a la brasa con un malbec Newen de las Bodegas del Fin del Mundo en Neuquén. CHÚPENSE LOS DEDOS OTRA VEZ. (*****)

El 1º. De marzo (al día siguiente) salimos rumbo a Buenos Aires, ciudad siempre fabulosa, cosmopolita, europea. Algo nuevo que señalar: La Flor de Catalán, hermosa escultura en metal de una rosa que abre en la mañana y cierra por las noches y que fue colocada allí el pasado 21 de septiembre para celebrar el primer día de Primavera para los porteños. Esa misma noche fuimos a comer en la Cabaña de Lilia en Puerto Madero, frente al Río de la Plata, un corte de res tan blando que lo llaman OJO DE BIFE. Buenísimo. (*****)

Siguiendo recomendaciones de Jenny Morales, al día siguiente, paramos a hacer un brunch, (ya que en la noche teníamos cena show) en un sitio pequeñito y popular que está bajando de Recoleta, en el 937 de Talcahuano; se llama EL CUARTITO: las mejores empanadas argentinas que he comido en mi vida, recién hechas, increíbles; probamos también la Fugazzeta, una especie de pizza con ingentes cantidades de queso, e ingentes cantidades de cebolla caramelizada…POR DIOS, si tienen la oportunidad….. NO LA PELEN…(*****)

En la noche fuimos a ver el espectáculo: “OPERA PAMPA”, al aire libre, SENCILLAMENTE fabulosa; UNA ARTÍSTICA MANERA DE CONTAR HISTORIA; maravillosa música, excelente coreografía, en general, alucinante (*****)

Ese día, por obra de la casualidad, nos enteramos que Buenos Aires tiene una zona de outlets, muy popular entre los compra adictos….. ¡ejem ejem!… Recorre la Av. Córdoba desde Scalabrini Ortiz unas 10 cuadras, al día siguiente fuimos allá y… ¿¿¿¿Qué les puedo decir???? le borramos la paloma a la visa de tanto plancharla.

Luego, por la noche, fuimos a un show de tangos. “Esquina Carlos Gardel”, maravilloso ¿quieren saber el menú? La Entrada se llamaba VOLVER y consistía en un carpaccio de res con salsa de pera. El Plato fuerte: Bife de chorizo, con papas y tomates. El postre: MALEVO, un Brownie con flan de leche y salsa de dulce de leche. (*****)

El domingo 4 partimos para Uruguay en el buque bus, 3 horas navegando el río de la Plata. Llegamos a Montevideo a mediodía de un domingo lluvioso, lluvioso, lluvioso. Hicimos el City Tour esa misma tarde y casi sin bajarnos del autobús para no mojarnos los chicharrones. Sin embargo, al día siguiente, amaneció un clima estupendo, así que nos fuimos al Mercado Central, que nos lo habían recomendado como el sitio por excelencia para comer. Además, era el cumpleaños de Oneyda, así que la celebración debía comenzar desde la mañana. Después de visitar una peluquería en la 18 de julio, (absolutamente necesario, a estas alturas) y de conocer el mercado de artesanos, donde encontramos cosas muy interesantes, nos dirigimos a nuestro destino (el mercado); efectivamente, el sitio es una confluencia de restaurantes típicos pero, a diferencia del de Santiago, no hay puestos de venta, solo de comida. La pasamos estupendo y tomamos, claro está, la bebida típica de la zona que se llama medio y medio. Consiste en ½ de vino blanco freezante y ½ de champaña; bien frío es una maravilla. En las afueras conocimos una artesana que realiza maletitas en cuero, con todo funcional una belleza. Las compramos, por supuesto, como símbolo del alegre viajero. ¡Ojalá podamos seguir siéndolo!....

En la noche fuimos a la Cena Show EL MILONGON que reúne canto y baile de Tango, Milonga y CANDOMBE; confieso mi ignorancia: No tenía idea de que en Uruguay había negros. Resulta que la cultura negroide está muy arraigada en esta zona y, como dato curioso, los africanos llamaban a sus tambores de manera genérica TANGÓ y, por extensión, al lugar donde se bailaba tambor. Hay unos 200 mil negros en Uruguay y su ritmo el candombe, según ellos, más que música es una manera de vivir. Originalmente viene de los negros Bantú de Africa pero, probablemente esté emparentado con el CAMDOMBLÉ que se baila en Salvador de Bahía en Brasil.

El Candombe uruguayo se toca con tres tambores: Piano, el más grave; Chico, el más agudo y Repique, el medio. Intervienen en la comparsa: La mama vieja: una especie de madama; el gramillero, un viejo verde que coquetea con todas las chicas; El escobero, un niño o adolescente que baila con una escoba espantando los malos espíritus; bailarines de ambos sexos y la cuerda (que es el grupo de tambores). El cantante de nuestra “cuerda” era un viejito negro llamado Cheché Santos (parecido a Kiko Mendive, si es que recuerdan quién es); Cheché anima la parranda y pone a bailar hasta un mocho al ritmo de su “Ahí va, ahí va…” pasamos un rato verdaderamente animado y delicioso y ¿Cómo no? Oneyda bailó al centro con el viejito como remate a su fiesta de cumpleaños.

Al día siguiente regresamos a Buenos Aires para pernoctar y salir el día 7, muy temprano rumbo a casa. Por todo lo que han leido podrán suponer que vamos a tener que viajar en carga porque engordamos tanto que no cabemos en las butacas del avión.
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